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Del Potro estuvo cerca…Argentina está lejos

En el cuarto set, parecía que la apuesta  argentina iba a dar resultado. Que lo tan meneado y conversado (el punto de Del Potro a Ferrer) se iba a producir. Estuvo muy cerca en el cuarto set, cuando empezaba tras haber estado 2 sets a 1 a su favor y con una chance de break. Iban 3-3 y el español sacaba 0-30; estaba a dos puntos de ponerse 4-3, con su saque para volcar el partido a su favor. Pero no pudo.

VLUU L200  / Samsung L200Antes, un comienzo dubitativo y con un Ferrer con todas las luces. El español tomó muy rápido las riendas del juego, en el que se basó en un formidable saque (tuvo un altísimo porcentaje de primeros servicios) y un preciso drive. Allí, Del Potro no encontraba respuestas, errático y apresurado.

El segundo set fue un poco más equilibrado; el desenlace llegó con el tie-break y el aliento muy fuerte del público argentino. Ganó ese desempate 7 a 2 y el partido cobró otro rumbo.

Casi sin darse cuenta, el tandilense llegó al 6-3 del tercer set. Parecía más entero desde lo físico, y un poco más metido en el partido. Pero, Ferrer no se entregó. Logró revertir esa desventaja que lo encontró en la mitad del cuarto game.  Y la historia se volcó a su favor.

Ya no hubo muchas más chances, porque tras ganar la cuarta manga por 6-4, el quinto set lo esperó al español con gratísimas novedades: retomó su forma física, continuó con un servicio tremendo y Del Potro volvió a errar. En casi un abrir y cerrar de ojos, el partido se puso 5-1 a favor del español.  Un poco de ímpetu del visitante y algunos errores del local le permitieron llegar a un expectante 5-3 que se diluyó enseguida…

Las lágrimas de Del Potro conmovieron a tantos compatriotas que alentaron sin descanso, y mantuvieron viva la ilusión. No todo está perdido, pero luego de que Del Potro estuviera tan cerca no caben dudas que la Argentina, ahora, quedó muy lejos.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado especial a Sevilla, España)

 

 

Nadal, una maravilla

La ilusión, o la utopía, mejor dicho, se derrumbó en muy pocos instantes.  Apenas un par de games, y ya se descubrió el rumbo del juego y el resultado. El esfuerzo y las ganas de Mónaco fueron encomiables, pero a poco de quedar 1-1 en el primer set, una serie de golpes del mejor jugador del mundo en tierra batida, mostraban que la diferencia entre ambos se iba a reflejar en la tarde de Sevilla.

VLUU L200  / Samsung L200Un estadio colmado, con gente por doquier en la que sobresalía un buen número de argentinos , que cantos y banderas encendían la esperanza.

Pero, estaba  dicho, esos golpes de Nadal, una devolución de smash, de revés y tranquilo, mostraba la confianza del español. No se vio nunca apremiado por “Pico”. En ningún momento se comprometió el partido. Fue un dominio a voluntad, de principio a fin. Cada punto podía durar dos, tres, cuatro o cinco peloteos. Al final, siempre ganaba el mismo. Cualquier variante finalizaba del mismo modo: Tiros cruzados, cortos, largos, paralelos…siempre la moneda caía para el lado del local.

Intentó el argentino abrirlo con su servicio y luego cruzarle el tiro…Tampoco alcanzaba. Nadal devolvía todo. Llegaba a todas. Una clase de tenis, un dominio absoluto, un trabajo a fondo con el cual también demostró un enorme respeto por su amigo-rival. En el deporte, la mejor forma de respetar al adversario es jugarle con toda seriedad y a ganar por el máximo posible. Nadal Lo hizo.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Sevilla, España)

Argentina, a la hora de la verdad

“Esto es un deporte. Se puede ganar, se puede perder. Pero mañana, en la cancha, vamos a dejar todo por lograr los puntos” afirmó Juan Mónaco.
“Tengo que jugar mi mejor tenis y aprovechar las chances. Somos conscientes de que podemos hacer historia”, sentenció Del Potro.
“Estoy orgulloso de mis jugadores” confesó el capitán Vázquez.

Argentina cerró filas. El seleccionado nacional de tenis ya dijo, fuera de la cancha, todo lo que tenía que decir. Más allá de las palabras, el sentimiento es general: Dejar todo en la cancha, jugar por la gloria y por un lugar en la historia grande del deporte. España es el gran favorito y por eso un triunfo visitante sería un hito como alguna vez fue “El Maracanazo”, aquel triunfo de Uruguay sobre Brasil en Río de janeiro, en el último partido del Mundial de Fútbol de 1950. O la victoria de Cassius Clay ante Sonny Liston, por el título Mundial de los Pesos Pesados, cuando nadie auguraba una victoria de Clay, ante el enorme poderío que, hasta entonces, había mostrado Liston. O como tantos otros “batacazos”de la historia deportiva.

Argentina va tras eso, entonces. A dar el golpe, a torcer lo que parece un rumbo definido. A cambiar el destino que muchos le auguran al match. A doblegar la casi cantada victoria española. Y esto es tan así, que por aquí ya nadie cree en otra cosa que no sea un festejo rojo, a pura furia. Algunos lo anticipan para el sábado. Habrá que ver, pero lo cierto es que el estadio está cada vez más grande y ya no saben como hacer para seguir vendiendo boletos; es que capacidad hay, en definitiva es un estadio de fútbol al que le han injertado dentro uno más pequeño para el tenis. Se calculaba un aforo de 15.000 personas. Se amplió, en primera instancia a 22.000. Ahora se han estirado a 27.700, con asientos muy lejanos, otros de visibilidad reducida, otros arriba del techo, o detrás del vestuario, en fin…

VLUU L200  / Samsung L200Llegó el momento. En pocas horas el partido dejará de jugarse en las palabras y comenzará a disputarse donde debe: en la “pista”, como dicen los españoles. El cielo nublado y algunos chaparrones en la fría mañana de Sevilla le empiezan a dar un clima dramático a la gran final.

La gente se acerca y el estadio comienza a cobrar vida. Se acabaron las palabras; es tiempo de jugar.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Sevilla, España)

El teatro de los sueños

El Teatro Lope de Vega albergó el sorteo de los partidos correspondientes a la final de la Copa Davis, edición 2011. Dicho así, sólo parece un dato más del encuentro que jugarán España y Argentina por la famosa ensaladera. Pero el teatro es, en sí mismo, una historia aparte.

Preparado para la exposición Universal de 1929, dos años antes comenzó su proyección. En ese plazo de tiempo, se construyó el edificio. Se lo llamó “Teatro de la Exposición”. Luego de algunos años con altibajos, el teatro modificó su nombre: Hacia 1936 fue bautizado “Teatro Municipal Lope de Vega”. La guerra civil española también produjo su influencia; su vida empezó a declinar. La etapa de posguerra lo vio con las mismas dificultades que vivió la sociedad toda.
Recién en 1960 empezó a recobrar sus ilusiones; en el ’77 empieza a crecer y hacia 1988 se produce su relanzamiento: el teatro Lope de Vega se convierte en una pieza clave de la vida cultural de Sevilla, y cada año reúne más de 100.000 espectadores que disfrutan de sus obras.

Aquí empezaron a jugar España y Argentina. Aquí se sortearon los partidos y se comenzó a vivir la serie.
Una prolija ceremonia, con palabras del alcalde de la ciudad que alababan las bondades de la misma, mientras afuera, una manifestación de unas 100 personas reclamaban por trabajo.
El espectáculo y la necesidad. El lujo y el drama, apenas separados por unos muros. Adentro, palabras refinadas y un cocktail de hospitalidad; afuera, la búsqueda de alguna posibilidad. Risas y llantos. La vida misma.

El tenis dominó la escena. Primero, el sorteo: Nadal abrirá el fuego. Enfrente, el ímpetu de Mónaco. “Para mí, será un gran desafío – dijo el tandilense- No voy a entrar a ver que pasa. Es un rival durísimo, pero la intención siempre es ganar. Daremos el 100% en cada partido. Queremos darle el primer título a la Argentina”.
Nadal, en cambio, optó por la cautela: “Aún no se si jugaré contra Juan. Tal vez cambien y mañana enfrente a Nalbandián “, señaló.
“De todos modos, si juego ante Juan enfrentaré a un gran amigo, que juega muy bien, tiene un gran ritmo de piernas, y terminó la temporada con un alto nivel de juego”, agregó el español.
Incluso fue más lejos: “A los amigos uno les desea lo mejor: Que ganen la Copa, pero a partir del año que viene”.
Es que el equipo español valora mucho al argentino. Tanto en lo profesional como lo humano; , comparten muchas horas del circuito, salen a comer, conversan..el idioma y algunas costumbres son las claves fundamentales de esa relación.
Por eso el abrazo de Nadal y Mónaco en la foto oficial. O la buena onda entre los doblistas. O el cálido saludo de Ferrer a Del Potro.
Hay un clima de camaradería y respeto dentro de la rivalidad deportiva. Mañana será otro tema.

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Hernán O’Donnell

(Enviado especial a Sevilla, España)

España, entre la confianza y la humildad

Transpirado, cansado, luego de un duro entrenamiento junto al gran Rafa Nadal, que duró más de una hora de intenso peloteo, David Ferrer se dirigió al vestuario para reponer energías…Eso sí no tuvo inconvenientes en sacarse fotos con algunos chicos que observaron la práctica en el Estadio Olímpico de La Cartuja, así como le brotó una sonrisa espontánea para dialogar unos minutos con un par de periodistas argentinos. Sólo bastó proponerle unas preguntas para que el español aceptara de buena gana: “Será un partido durísimo, una verdadera final”, señaló amable.

VLUU L200  / Samsung L200“Estamos muy bien, con ganas de que empiece, que nos vaya bien, y luego tomarnos vacaciones”, amplió, en un reconocimiento tácito del cansancio acumulado durante el año. Y este puede ser un dato importante: A España, amplia favorita, también le pesa el cansancio de la temporada. Son muchos meses, casi un año entero de plena competencia. Once meses ininterrumpidos. “Algunos están más cansados que otros –sostuvo Ferrer- pero, bueno es una final y es muy apetecible”.

Se mostró confiado, pero también respetuoso del adversario. Lo considera un equipo al que no hay que descuidar. Y lo repitió también en este breve diálogo al finalizar el entrenamiento.
Sobre esa capacidad de Argentina, Ferrer sólo tuvo elogios: “Pues hombre, son todos muy buenos, Argentina tiene muchas variantes y eso lo hace peligroso. No sé si hay un favorito, en la pista todos intentan ganar. La presión es para todos y lo importante es empezar con una victoria”.
Allí mismo lo llamaron hombres del equipo español: “Suficiente, David”. Empezaba a refrescar sobre el Estadio Olímpico. “Vamos, hombre, que se nos resfría”, fue el pedido convincente.
En ese momento, sonrió y se despidió de manera cordial. Había pasado un día de dura práctica, había firmado autógrafos y se había sacado fotos con unos admiradores. También habló con un par de periodistas argentinos. Como lo mostró la conducta de uno de sus jugadores, así luce el equipo español hoy. Tranquilo, amable, seguro, David Ferrer se marchó al vestuario…

 

Hernán O’Donnell

(Enviado especial a Sevilla, España)

Argentina tiene casi todo definido

El entrenamiento vespertino del seleccionado nacional de tenis confirmó muchas de las sospechas, intrigas y elucubraciones de los últimos días: Eduardo Schwank y David Nalbandián de un lado. Los tandilenses, Mónaco y Del Potro, del otro. Un largo set de dobles, con el acento en los primeros, afirmados en la experiencia del cordobés y el ímpetu de Schwank. Casi el dobles cantado. Falta la confirmación, claro, pero hace rato que realizan entrenamientos en conjunto. Y los profundizaron en las últimas horas.
El único inconveniente estuvo por el lado del sol. Sí, ese sol que bendecimos en las tardes apacibles de Andalucía, pero que se filtra en el techo del Estadio Olimpico de La Cartuja y genera severos inconvenientes en la vista de los jugadores. Es que el estadio tiene una cubierta que produce una sombra en su, casi, totalidad. Pero deja un filtro que, cuando la pelota aparece por su sector, “ciega” la visión del tenista y pierde el control de la pelota. Algo así le pasó a Nalbandián, que repitió el grito “no se ve!” ante la imposibilidad de responder un tiro; la pelotita había entrado en la zona del sol…
Pero el dobles parece confirmado. Además, luego pelotearon, con gran intensidad, Del Potro y Mónaco, quizás los singlistas para el viernes, si el capitán Vázquez se decide por resguardar a David y hacerlo jugar el dobles, para luego, con los resultados puestos, armar la estrategia para el domingo. Todo parece un partido de ajedrez, con especulaciones variadas.

VLUU L200  / Samsung L200España tiene menos dudas. En realidad, casi no tienen dudas. Creen, aunque no lo manifiesten, que la Copa se quedará en casa. Es algo que sienten todos. Jugadores, entrenadores, aficionados…hasta los taxistas la miran con desdén, “acá sólo interesan Betis y Sevilla”, afirmó el conductor que nos transportó desde el aeropuerto al hotel.

Incluso, una encuesta de la edición española de la revista World Tennis, refleja unanimidad en la victoria local. Sólo varía el resultado; hay quienes pronostican un 5-0, otros (la mayoría) se inclina por un 3-1, y los menos sostienen el 3-2. Pero casi nadie cree en la sorpresa de Argentina. Ni siquiera se lo imaginan.
Descuentan los puntos de Nadal, y casi también los otros. La confianza es absoluta. Claro que deberán tener en cuenta las palabras de David Ferrer: “Si hay alguien que nos puede ganar, ése es Argentina”. Un mensaje de cautela entre tanta confianza ciega. Un toque de alerta necesario, para que la superioridad manifiesta no se vuelva un “boomerang”.
Las cartas empiezan a jugarse, las horas corren y la Copa entra en su cuenta regresiva.
Las armas se empiezan a afilar y la concentración le gana a las horas. La serie está por empezar y la Argentina se detiene a vibrar por el tenis.

 

Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Sevilla, España)

Sevilla tiene un color especial

VLUU L200  / Samsung L200La reina de Andalucía nos recibió como lo imaginábamos: Bella, radiante, chispeante a pesar de la crisis. Y con todo preparado para la fiesta que comienza el viernes.
España es favorita; de Nadal se sabe todo: de Ferrer hay que agregar que ganó 11 partidos y no perdió ninguno en polvo de ladrillo en partidos de Copa Davis.
Números que asustan.

Enfrente, el entusiasmo de un grupo unido y confiado. Los muchachos argentinos saben que están ante un oportunidad única.

Por eso mantienen charlas, reuniones, se dan aliento y fe.

Alcanzará?

Hoy es martes y el sol salió en la capital andaluza. Por ahí anda la esperanza Argentina….

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Sevilla, España)

 

 

Argentina puso en marcha la ilusión

Como hacía muchísimo tiempo no sucedía (tanto que muchos ya ni se acuerdan), el equipo argentino de Copa Davis viajó, todo junto, a Sevilla, a jugar la final de la Copa Davis.
Antes era llegar, cada uno y como pudiera o quisiera, a destino, reunirse y jugar. Así sucedió en los últimos partidos de visitante; en Estocolmo, Moscú, o hasta en Mar del Plata, los jugadores se reunían directamente en la sede.
Síntoma de un tiempo mejor, esta vez, la aventura la emprendieron todos juntos.
Y es bueno marcarlo como punto de inicio; se pedía unión, ahí la tienen. Se pedía compromiso, todos lo demostraron. Se requería por el díalogo y la unidad: allí están, todos juntos en los entrenamientos en Buenos Aires y en el viaje a España.

La Argentina intentará una vez más alcanzar el sueño dorado de levantar la Copa Davis. La ilusión de los amantes del deporte del país, la utopía que abrazaron tantas generaciones de aficionados al tenis, desde aquella primera final de 1981 hasta los controvertidos días de Mar del Plata de noviembre de 2008…

Juan Martín Del Potro, David Nalbandián, Eduardo Schwank, Juan Mónaco, Juan Ignacio Chela son los nombres que encabezan la ilusión. ¿Podrán? Enfrente hay un rival poderosísimo, grande, confiado y experto. Rafael Nadal (dicen que es imbatible en polvo de ladrillo), David Ferrer (Algo parecido a Nadal), Feliciano López y Fernando Verdasco (Verdugos de la final de 2008), son las cartas que presenta el local.

Pero…los partidos hay que jugarlos y si algo caracteriza a estos jugadores (como al deportista argentino en general) es ese plus que exterioriza cuando la empresa es difícil. Algo muy nuestro, cuanto más complicado, mejor. Cuanto más duro es el adversario, más nos animamos, nos gusta el papel de héroes…

Que de eso se trata esta serie, y algo de eso traman estos cómplices de la ilusión.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Sevilla, España)