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México divide su corazón

Hay un país que está dividido. No es la “grieta” que por razones políticas separa a los argentinos desde hace mucho tiempo; tampoco es una cuestión social  o religiosa. No es un tema insoluble y además, no aparenta tener una duración prolongada. Tampoco sabemos si esta división es en dos partes exactas o si existe una clara mayoría en su favoritismo. lo cierto es que desde que se anunció el combate entre Julio César Chávez Jr. y Saúl “El Canelo” Alvarez, México ha dividido su corazón entre estos dos gladiadores, dos combatientes de distinto peso, diferentes estilos y una misma nacionalidad.

El impacto que generó la programación de esta pelea, sacudió al país. Es un combate entre aztecas de tremendo nivel, con dos pugilistas de tamaña envergadura. Como alguna vez lo protagonizaron Erik “El Terrible” Morales y Marco Antonio Barrera, o la reciente función del “Bandido” Vargas y Orlando Salido. Fue toda una secuencia cinematográfica; se publicitó la pelea y como un dominó gigante empezaron a caer las fichas: Crecieron las especulaciones, los augurios, los pronósticos y la división entre los fanáticos de cada uno de estos boxeadores. Todo quedará resuelto el próximo 6 de mayo en el T Mobile Arena de Las Vegas, pero mientras tanto, la pelea ya se vive en distintos ámbitos y lugares. En ese rubro, quienes picaron en punta fueron los apostadores, que arribaron a las casas de apuestas en gran número para mostrar sus preferencias.

Claro que para llegar a este momento hubo antes una vida. Un recorrido. Una larga historia que los divide y los cruza en un momento importante de sus trayectorias.

Julio César Chávez Carrasco nació en Culiacán, Sinaloa, el 16 de febrero de 1986. Prácticamente nació en un ring, porque su padre dominaba entonces el peso pluma y encada enfrentamiento lo llevaba consigo, igual que a su hermano Omar. Estar en un cuadrilátero era una cuestión tan familiar que su futuro era sencillo de adivinar.

La carrera del ‘Hijo de la Leyenda’ se inició el 26 de septiembre del 2003. Ese día derrotó a  Jonathan Hernández por fallo unánime. Sólo tenía 17 años y era un perfecto desconocido. Sólo mostraba una credencial: Ser el hijo de Julio César Chávez, aunque este parentesco, al principio, le jugaba más en contra que a favor.  Si todos los niños aspiran a seguir el camino profesional de sus padres, el destino del joven Julio César parecía marcado. Pero las dificultades comenzarían muy temprano: En noviembre de 2009 un análisis antidoping le da positivo por el uso de furosemida, una sustancia ilegal con efectos diuréticos, que ayuda a la pérdida de peso. Entonces buscó una recuperación de la mano del afamado Freddie Roach…
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La senda de Saúl Alvarez tuvo los ribetes clásicos de quien sueña con ser pugilista a partir del ejemplo de personas muy cercanas, como los hermanos. Fue el caso del pequeño Saúl y de tantos otros boxeadores en la historia.

En San Agustín, cerca de Guadalajara, en el Estado de Jalisco, México, nació el 18 de julio de 1990 el menor de los 8 hijos de Santos Alvarez y Ana María Barragán. Lo llamaron Santos Saúl Alvarez Barragán, y pronto comenzó a defenderse de quienes lo nombraban “Pecoso”. Su hermano mayor, Rigoberto, le regaló un par de guantes y a los 10 años empezó su carrera “Canelito”, bautizado así por el color cobrizo de su cabello.

Trabajaba de vendedor de hielo, y todas las tardes cruzaba a Guadalajara para entrenarse en el gimnasio de José Reynoso. Sus hermanos se habían iniciado en el boxeo, y “Canelito” quería seguirles los pasos.

Chávez Jr logró armar una carrera exitosa, y llegó al título medio, cosa que no había logrado ningún boxeador mexicano. Pero algunas dificultades asomaban en su camino: altibajos en los entrenamientos, algunos problemas de indisciplina, inconstancia en la preparación, largos períodos de inactividad y las ya comentadas cuestiones con sustancias prohibidas. Freddie Roach fue uno de los primeros a los que recurrieron para enderezar su rumbo. Lo guió por tres combates, pero la caída ante Sergio Martínez marcó el fin de la relación.

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A Saúl Alvarez lo cobijaron sus seis hermanos varones; Rigoberto, el mayor, fue su primer entrenador. Además, Daniel, Ricardo, Gonzalo, Víctor y Ramón también se sumaron al deporte de los puños. Y los 7 juntos lograron ingresar al Guinness con un récord: 7 hermanos que se presentaron en una misma función de boxeo. Sucedió el 28 de junio de 2008, con suerte diversa: Saúl, Rigoberto, Ricardo y Ramón alcanzan el triunfo. Pierden Gonzalo, Daniel y Víctor. Aquella noche, Saúl había sido la máxima luminaria, el que cautivó a todos, el que auguraba un camino de sueños.

En 2011, Chávez Jr logró el título Mediano del CMB, ante Sebastian Zbik, en el famoso Stapples Center de Los Angeles. Allí dió una muestra de carácter y superación física para alcanzar el cetro mundial. Y tuvo defensas exitosas ante rivales calificados. Venció en fila a Peter Manfredo Jr., Marco Antonio ‘Veneno’ Rubio y Andy Lee. Estaba en un gran momento, aunque no se imaginaba que vendría una noche dramática, que le retrocedería varios casilleros, ante un argentino chispeante, talentoso y audaz, que había luchado muchísimo para llegar a su día de gloria…

Para “Canelo” Alvarez lo que parecía un simple acuerdo con un empresario terminó en un conflicto laboral que terminó en tribunales y fue explicado en Revista Ring Side en su momento: Cuando tenía 18 años, el empresario Félix “Tutico” Zabala se cruzó en el camino del ascendente “Canelo”; el 15 de septiembre de 2008, el entrenador Reynoso y el propio Alvarez firmaron un contrato con la empresa “All Star Boxing”, de cuatro años de duración y con la posibilidad de prorrogarlo en caso de que el boxeador consiguiera el título mundial. Al poco tiempo, corría el año 2009, Alvarez se marchó con Oscar de la Hoya y en 2011 “Tutico” Zabala le entabló una demanda por incumplimiento de contrato. Esta historia no era conocida hasta que una corte de Miami-Dade en junio de 2016  falló a favor del empresario de Miami y en contra del mexicano y la empresa Golden Boy Promotions, donde los instó a pagarle al empresario de Miami U$ 8.500.000 por dicho incumplimiento del acuerdo.

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“Cuando mi compañía, All Star Boxing, firmó el convenio, “Canelo” no era un pugilista conocido, y fuimos nosotros quienes lo subimos hasta ser una figura en México primero, con el objetivo superior de convertirlo en estrella en Estados Unidos”, señaló Zabala, quien afirmó que ellos formaron y diseñaron la imagen del boxeador.

En ese entonces, su representante, Don Rafael Mendoza, decide retirarse por diferencias con Reynoso. Y es ahí donde aparece de la Hoya, de acuerdo a testigos, para llevarse al boxeador. Se habló de una reunión y un acuerdo por un dinero para liberarlo, pero que con el tiempo no se cumplió.

La versión de los demandados fue que tal contrato no existía y que un allegado les ofreció a un muchachito mexicano, pelirrojo y talentoso, con muchas condiciones que debían ser trabajadas para lograr su crecimiento. Podía ser una explosión de marketing, pensó Oscar de la Hoya. Y lo sumó a Golden Boy Promotions.

La noche del 15 de septiembre de 2012 quedará por siempre en la memoria de los argentinos que aman el boxeo. Estará por siempre entre sus páginas más gloriosas; esa noche fue consagratoria para uno de los pugilistas más importantes de nuestro país: Sergio Martínez, conocido como “Maravilla”, le dio una cátedra de boxeo al hijo de la leyenda. Y quedó en la memoria eterna de nuestra gente. Fue una pelea dramática para Chávez Jr. Nunca pudo encontrar a su adversario, que lo enloqueció con el jab, le hizo perder la línea y a medida que avanzaba la noche, y el combate se le iba, Chávez Jr se desordenaba en su ataque ciego, para ofrecerle múltiples blancos a su adversario.

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Sólo en el último round el mexicano pudo superar a Maravilla, encontró una combinación exacta y derribó a su rival. Pero el combate estaba sentenciado; se levantó Martínez, con el último esfuerzo aguantó el resto de la vuelta y se llevó la contienda.

Pero la derrota no sería sólo sobre el ring del Thomas & Mac Center de Las Vegas. Tras el análisis antidóping, otra vez lo sorprendería el resultado: positivo, y una multa de miles de dólares para el infractor.

“Asumo la responsabilidad de mis actos”, dijo entonces el mexicano, para enseguida pedir “disculpas ante todas aquellas personas que se sienten decepcionadas o agraviadas por mi comportamiento, sólo yo sé las causas y sólo a mí me corresponde enfrentarlas”. Entre muchas declaraciones, alguna vez señaló que había tomado unas gotas para dormir, y de allí venía el doping.

El gran Oscar de la Hoya sentía que el “Canelo” tenía algo especial: “Cuando suena la campana, se transforma en un guerrero; salen llamas de sus ojos”. No retocaron demasiado de su boxeo, pero sí  buscó implementarle normas de entrenamiento, profesionalismo y alimentación. Su búsqueda se basó más en la disciplina que en lo deportivo.

La llegada de la fama y el éxito, le trajo al “Canelo” todo lo que uno se pueda imaginar…muchas mujeres pasaron por su vida, pero hay una sola mujer que es dueña de su corazón y para siempre: su hija Emily Cinnamon Alvarez, fruto de una relación de juventud, quien ocupa un lugar muy importante en su vida.

Las secuelas del combate ante Maravilla Martínez seguirían como un tortuoso relato en la vida de Julio César Chávez Jr. Derrota, suspensión y multa por dóping y encima, un distanciamiento con su padre en noviembre de 2012.

Le cuesta mucho recuperar la senda.  Freddie Roach quedó muy marcado (y dolido) tras esa derrota ante el argentino. Mostró una gran decepción por el comportamiento y la preparación del hijo de la leyenda; sentía que no se había entrenado lo suficiente, que no había asumido la responsabilidad que traía ese combate y llegó a declarar que “en más de una oportunidad me dejó plantado en el gimnasio”.

En 2013 el Consejo Mundial de Boxeo le levanta la suspensión y se le abre el camino de la reconstrucción.  En septiembre de 2013 vuelve al ring y vence por puntos (y con mucha polémica) al norteamericano Brian Vera. Fue tan discutido ese fallo, que se vio obligado a darle la revancha a Vera en marzo de 2014 y allí ganó otra vez Chávez Jr, sin dejar dudas.

Estaba otra vez en el ruedo. Y no se andaba con chiquitas: pedía a gritos un combate ante el temible Gennaddy Golovkin. Pero debía esperar.

En abril de 2015 pierde ante el polaco Andrzej Fonfara. Esa noche de Carsson, California, dejó una imagen dolorosa, al no salir a pelear tras el noveno round. Las críticas arreciaron. Lo consideraron un boxeador sobrevalorado y sobredimensionado, con más peso del apellido que de sus virtudes.

En Julio de ese 2015, Chávez Jr derrotó a Marco “Dorado” Reyes. Sin brillar y sin convencer. Tras suspender un combate, en diciembre de 2016 vence al alemán Dominik Britsch.

A pesar de su juventud, Saúl Alvarez ya tiene una carrera prolongada. Debutó con 15 años en el profesionalismo, y acumuló peleas ante rivales de magnitud. Logró ser Campeón Mundial de los Superwelter del Consejo Mundial de Boxeo, de la Asociación Mundial de Boxeo, y de la Organización Mundial de Boxeo. Luego, fue Campeón Mundial Mediano del CMB.

Cuando vence al inglés Matthew Hatton y obtiene el título Superwelter del Consejo, inicia una serie de victorias ante rivales renombrados, que lo llevan a la primera plana. Vence a Shane Mosley, Josesito lópez, Austin Trout, y llega el combate tan esperado, tan promocionado pero que termina en una enorme decepción. Cuando “Canelo” alcanzaba una fama mundial y estaba listo para dar el paso hacia el mejor boxeador del momento, su derrota ante el gran Floyd Mayweather fue un verdadero paso atrás. No sólo por haber perdido, sino por la imagen decepcionante que dejó en una noche donde no alcanzó las expectativas. Perdió sin atenuantes, sin decollar en un solo round.

Se recupera con las victorias ante Kirkland y Erislandy Lara, y vuelve a ser campeón mundial esta vez del peso medio tras un buen triunfo ante Miguel Cotto.

Luego, sí. Llegarían dos combates que lo reconciliarían con el gran público y lo pondrían otra vez en el centro de las marquesinas.

Dos victorias resonantes ante Amir Khan y Liam Smith, dos knock outs para reconquistar a la gente.

Ahora están frente a frente. Dos estrellas mexicanas, que dividen a un país. Que tienen un antecedente: sus hermanos se enfrentaron! Sí, Ramón Alvarez derrotó por fallo unánime a Omar Chávez en septiembre de 2014. Y con una muy atractiva cartelera, que  contará con el retorno de Lucas Matthysse frente a Emmanuel Taylor.

Llegó la hora. Saúl “Canelo” Alvarez vs Julio César Chávez Jr. Frente a frente. Han hecho una fructífera gira promocional; se han fotografiado por todo Estados Unidos, han debatido en Ciudad de México, se han provocado y han hecho millonarias apuestas que, parece, luego no se concretaron.

Pero no pueden escapar a su destino. El 6 de mayo próximo dos hombres pondrán en juego el orgullo y el honor para que un país divida sus corazones.

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Hernán O’Donnell

 

 

 

Mauro “El Rayo” Godoy inauguró el año

Mauro “El Rayo” Godoy encendió la temporada. Puso en marcha el 2017, con una pelea tremenda ante el cordobés Luques Castillo y marcó el inicio de un año que promete tener de todo, hasta el imprevisible desarrollo de nuestro fútbol. Pero la cálida y agradable noche de Neuquén no se enredó con luchas poder, conflictos ni tramas secretas y abrió de modo generoso y atractivo abrió el año deportivo.

La velada fue rica y variada; con presentaciones interesantes, como Alberto Palmetta que venció a Nicolás Palacios en fallo unánime en 6 rounds; con un buen marco de público y un combate de fondo que tenía historia, antecedentes, y se profundizó más en la rivalidad durante los días previos: las declaraciones, el color de la pelea y los pálpitos previos le dieron un condimento extra a la pelea principal.

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El antecedente entre los contendientes marcaba un triunfo de Luques Castillo por Knock Out en el primer round. Todo un desafío para el local: intentar ganar la corona argentina de los  superligeros ante el hombre que se la había arrebatado y lo había dejado sin invicto.

“Esa noche cometí algunos errores y no volverá a suceder”, dijo Godoy en los días previos. “En boxeo aprendí que se puede ganar y perder, pero lo importante es crecer. Ya no me volverá a ocurrir lo de aquella vez”.

Luques Castillo, en cambio, tuvo inconvenientes de principio a fin. No pudo dar el peso reglamentario, no acudió a la segunda oportunidad de pesaje, dejó el título en la balanza y, a pesar de que mostró coraje y valentía en rodeo ajeno, muy rápido se lo vio cansado y repitió hasta el cansancio el recurso de arrojar el protector bucal. Primero le descontaron un punto, luego dos, y en el noveno, cuando la situación era insostenible, pues lo dejaba caer dos veces por round, el árbitro lo descalificó.

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El estadio, que había estallado en el cuarto round cuando los dos se cruzaron con vehemencia, Luques Castillo tiró al local y luego Godoy logró derribarlo, festejó de modo ruidoso la conquista.

Había vuelto el campeón. Había recuperado su cinturón y su orgullo. Había hecho una gran pelea, ante un rival corajudo que siempre aceptó el combate, no rehuyó al cruce de golpes y así armaron una tremenda contienda, para abrir el año 2017 con una impactante noche de boxeo.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Ciudad de Neuquén, Provincia de Neuquén) 

La leyenda de Muhammad Alí

Cuando el desenlace era inminente, cuando el final triste e inevitable se acercaba, las cadenas de TV de los Estados Unidos de América anunciaron que interrumpirían su transmisión (ya sea películas, series, programas políticos) para comentar las últimas novedades de Alí, el hombre que supo modificar el rumbo de una sociedad desde un ring.

Esa noche del viernes 3 de junio fallecía Muhammad Alí, el hombre que desde el boxeo y sus logros deportivos, lanzó gritos de rebeldía y libertad. El hombre que había nacido el 17 de enero de 1942 en Louisville, Kentucky, y que había entrado en este duro deporte a partir, casi de un hecho fortuito. A los 12 años había ido al Service Club de su ciudad natal para tomar un helado gratis, pues allí lo servían a los niños. Pero en un descuido le robaron la bicicleta, y al comentarle a un policía que golpearía al ladrón, este hombre, Joe Martin lo llevó a un gimnasio: El boxeo tendría una nueva estrella…

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Hacia fines de los ´50 comenzaría un camino lleno de éxitos y resonantes apariciones públicas. En 1960 ganó la medalla dorada de Peso Semi-Pesado en los Juegos Olímpicos de Roma. Allí se iniciaba el camino a la fama.

Luego llegaría el debut profesional, el encuentro con Angelo Dundee y una sociedad entrenador-boxeador que daría muchísimos frutos. En el gimnasio de Miami se forjó al hombre que iba a derrotar a Sonny Liston en 1964 y se consagraba, a los 22 años, como nuevo Campeón Mundial de los Pesos Pesados. El planeta se había sacudido con la aparición de una estrella que destronaba al favorito Liston.

Por entonces, aún se llamaba Cassius Clay. Pero había escuchado hablar de Elijah Muhammad, y se había acercado a un líder Malcom X. Decidió cambiarse el nombre.

Decidió que su identidad debía ser otra. Distinta. Dejó atrás su nombre (“Era el de un esclavo”, sostuvo siempre) y fue rebautizado como Muhammad Alí.

Su historia es conocida. Renunció al ejército, se negó a ser combatiente en la guerra de Vietnam, le sacaron el título y luego volvió a ser Campeón del Mundo.

Gritó por la libertad. Fue perseguido, pero también escuchado. Vendió sus peleas con promociones que rondaban lo espectacular y lo provocativo. Fue una estrella especial del Madison Square Garden, el estadio deportivo más famoso del mundo

Nunca se calló. Hizo y dijo lo que sentía. Sin especulaciones. Le levantaron las sanciones y fue dominante otra vez en el boxeo. La gente lo comprendió. Tuvo su premio: Fue el abanderado de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y aún tembloroso por el mal de Parkinson que ya hacía tiempo lo aquejaba, encendió la llama olímpica y recibió, una vez más, una grandísima ovación de su gente.

Tuvo un funeral con todos los honores. Se acercaron ilustres y desconocidos. Habló Bill Clinton, uno de los Presidentes más importantes en la historia de Estados Unidos. Habló su amigo, Billy Cristal, uno de los actores más afamados de Hollywood. Hubo una procesión desde su casa de la infancia, pasaban por el Centro Cívico Muhammad Alí y lo despedían en el cementerio de su ciudad natal.

En todo el camino lo acompañó el sincero reconocimiento de su gente. Cartas y muñecos en el jardín de su casa. Guantes de boxeo y globos adornaron la puerta de entrada. Pétalos de rosas en el ingreso al cementerio. Una multitud lo despidió con una mezcla de desconsuelo, pena y admiración. Mucha admiración.

El hombre gritón, el desafiante, el provocador, era, comprendimos todos, un ser humano que pedía libertad, igualdad. Que pudo hacerlo a partir de la fama construída y ganada en los rings. Y que, como pudo, se hizo entender. Y se hizo querer. Por eso la Nación lo despidió con los máximos honores y hoy se inundan las calles con sus murales, su imagen, revistas y diarios que publican ediciones especiales.

Murió Muhammad Alí, pero la leyenda había nacido hace muchos años.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a New York City, New York, USA)  

Cuando el boxeo se metió en la política

Cuando se mezcla política y deporte, el discurso general y correcto es la crítica a la política que incursiona en un campo, que se presume noble y puro, como el deportivo, y que, entre varias razones, debe permanecer autónomo, autárquico e inabordable.

Pero, también existe el camino contrario: cuando desde el deporte se incursiona en la política; o cuando los deportistas dejan su actividad y comiernzan una carrera política o vinculada a algún poder estatal. Lo escribimos hace muy poco en la Revista Ring Side y es bueno presentarlo una vez más. Es el camino inverso al tan criticado “avance” de la política en el deporte. Aquí repasamos la otra cara de la moneda; cuando los deportistas, en este caso los boxeadores, optaron por iniciar un camino en la política.

Cuando retratamos la vida de Alexis Argüello, nos centramos en su gloriosa historia deportiva y su trágico final. En el medio, algunas razones que desembocaron en la tragedia y, de modo tangencial, su vínculo con la política. Es que no es un detalle menor que ocupara el cargo que ostentaba. Más allá de todo lo que se teje sobre su muerte, Alexis Argüello había alcanzado la alcaldía de Managua, Ciudad capital de Nicaragua, un cargo relevante, importante y que abre paso a la reflexión de este número de Ring Side: Los boxeadores y su vínculo con la política. En tiempos electorales, es bueno repasar cuantos hombres pasaron del ring a los escritorios de los diputados, gobernadores, alcaldes, y otros cargos.

“Me gustaría disputar un último combate el año próximo, antes de retirarme del boxeo, para luego dedicarme a la política. Si soy electo senador estaré concentrado sólo en el trabajo y en la familia”. Así de claro y directo se manifestó Manny Pacquiao, el ídolo filipino quien siempre mostró sus inquietudes políticas. En 2007 se postuló para representar al primer distrito de  Cotabato del Sur en el congreso; fue derrotado por Marlene Antonino Custodio. En 2010 se recuperó y logró un lugar como congresista. Fue electo diputado por la provincia de Sarangani.  Entre ese año y 2013, asistió a 98 sesiones sobre un total de 168; presentó varios proyectos de ley que no superaron las comisiones legislativas pertinentes, pero tuvo una participación activa. No tanto a partir de 2013, donde su actividad política disminuyó.

Pero siempre se mantuvo cerca, como una vocación muy fuerte para él. Ahora anunció que se postulará para senador, en las elecciones que se celebrarán el 9 de mayo de 2016. Es un hombre adorado por su gente, un ídolo popular que por esa condición siempre tiene posibilidades de ser electo y hasta hay quienes predicen que ser senador será un primer paso para luego llegar a la presidencia de la República de Filipinas.

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Vitali Klitschko se involucró en la política de su país, Ucrania, en 2005. Pudo desarrollar ambas actividades; mientras fue miembro parlamentario alcanzó el título Mundial de Peso Pesado del Consejo Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo. Pero lo asombroso del ucraniano es su integración al mundo siempre difícil de la política y el desarrollo que le dio al partido que creó y a su propia carrera. Mientras se debatía en los rings, fundó la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma (UDAR), y en 2014 logró vencer en las elecciones de Kiev y fue electo Alcalde de la ciudad. Su participación política es cada vez mayor, en un contexto donde las tensiones entre Ucrania y Rusia se mantienen, lo cual lo obliga a estar dedicado en la mayor parte del tiempo a esta actividad. Sin embargo, aún se hace un espacio para acompañar la carrera deportiva de su hermano Wladimir.

El mexicano Juan Manuel Márquez, Campeón Mundial de peso Pluma, Superpluma, Ligero y Superligero, es, y siempre será, muy recordado por el tremendo K.O. que le propinó a Manny Pacquiao el 12 de diciembre de 2012. Era el cuarto combate de la saga, y en el sexto round explotó con un terrible derechazo.

Algunos creen que tras los cuatro combates con Pacquiao sucedió el efecto contagio: Márquez manifestó su agrado por la polñítica. En el tercer enfrentamiento lució el logo del PRI en su pantalón. Y manifestó su apoyo a Peña Nieto.

El propio entrenador, Ignacio “Nacho” Beristáin entiende que la política es su vida: “ A Juan Manuel la política lo distrae; le quita tiempo. A mi, la polñítica, cero. No me interesa para nada.” Y cree que ya es hora que se dedique a esta nueva actividad.

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En la Argentina hubo varios casos de boxeadores (y boxeadoras!) que eligieron el camino de la política. Marcela Acuña es la pionera del boxeo femenino en nuestro país; la número uno; la que llenó, solita, el Luna Park; la Campeona Mundial de peso pluma y supergallo…En 2009 decidió incursionar en la política y fue electa concejal de Tres de Febrero por el Frente para la Victoria. Fue reelecta en 2013. Como un signo de estos tiempos (de la política, claro)  varió en los espacios de pertenencia: En junio de 2014 se unió al Frente Renovador de Sergio Massa y en octubre  de este año regresó a su partido de origen. También Martín Coggi fue candidato a concejal de Brandsen por el partido vecinal. “Siempre fui peronista”, admitió el hijo de “Látigo”, quien sabe que el deporte a determinada edad se termina y debe prepararse para el futuro. Hubo muchos pugilistas argentinos que supieron estar cerca de la política y sus actores. Desde el saludo de Gatica y Perón, hasta estos tiempos en que Víctor Ramírez suele tener el apoyo de Scioli.

Pero nada puede superar a Justin Pierre James Trudeau. El Primer ministro canadiense es un caso muy particular. Hijo de un ex Primer ministro, llegó a los 43 años al cargo, en representación del Partido Liberal.

Su vida agitada, emparentada con las excentricidades de sus padres, Pierre y Margaret, le valió una alta reputación. Pero esa fama está atada también a su pasión por el boxeo, deporte que practica dos ves por semana y hasta ha hecho combates a beneficio de entidades. Y si de políticos amantes del boxeo se trata, habría que incluir a Juan Domingo Perón, Nelson Mandela, Tabaré Vazquez…Y una larga lista que une, de manera indisoluble al boxeo con la política. Porque las pasiones del hombre no tienen límites ni se circunscriben a una sóla actividad.

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Hernán O’Donnell

 

Gennady Gennadievich Golovkin, la estrella del momento

El 7 de abril de 1982 los argentinos estábamos conmocionados, preocupados y atentos casi las 24 horas en la recuperación de las Islas Malvinas y la inminencia de la guerra que se presentaría pcos días después. Ya se había tomado Puerto Argentino, las negociaciones por la vía diplomática no avanzaban y las tropas inglesas se embarcaban rumbo al Atlántico Sur. Días de preocupación, de intriga e incertidumbre se acercaban.

Los deportes, que siempre son una pasión y una manera de distraerse, de escapar a la dolorosa realidad, nos llenaban con la inminencia de la Copa del mundo de la FIFA-España 1982 y los combates de boxeo que engalanaban las noches del Luna Park y otros rings del país: entonces brillaban Santos Benigno Laciar, Juan Martín Coggi, Juan Domingo “Martillo” Roldán, Gustavo Ballas, Ubaldo Néstor Sacco y Sergio Víctor Palma.

Era la Década dorada en el mundo, los gloriosos años ’80, donde brillaron Sugar Ray Leonard, Roberto “Mano de Piedra Durán”, Marvin “Marvelous” Hagler, Tommy Hearns, “Pepino” Cuevas, Alexis Argüello, asomaba Salvador Sánchez, Larry Colmes. Fueron, para los que asomábamos a la adolescencia, los mejores años del boxeo…

Ese 7 de abril, en la lejana Kazjistán, en la localidad de Karaganda, nacían dos niños gemelos, hijos de un minero ruso y de una madre coreana. Los llamaron Gennady y Maxim. Vadim y Sergei completarían los 4 hijos de la pareja. Kazajistán formaba parte, entonces, de la antigua Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas (URSS) y Rusia, donde había nacido su padre, era una de las más grandes que la componían.

Sus hermanos mayores lo alentaron a la práctica del boxeo; en realidad, le proponían peleas desde muy chico, así a los 8 años ya comenzaba a medirse con chicos de su edad. Así se inició por este camino, aunque sus hermanos optaron por inscribirse en la armada rusa.

La tragedia invadiría a la familia, pues en 1990 Vadim murió en combate cuando defendía a Rusia y en 1994 fallece Sergei, también en lucha armada, aunque nunca hubo información precisa por parte del gobierno sobre cómo fueron esos desgraciados sucesos..

Gennady le había tomado el gusto al boxeo. También el gemelo Max. Creció y le dieron una beca de un programa olímpico para su desarrollo deportivo. Y obtuvo rápidos resultados: Como amateur conquistó el Campeonato Mundial en Tailandia, los Juegos Asiáticos en Corea del Sur, el Campeonato mundial en Budapest y una medalla de plata en peso mediano en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Realizó más de 300 combates con notable suceso.

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A partir de 2006 se pasa al mundo profesional. Ya era otro boxeador; otra persona. Sabía a lo que se dedicaría y se puso los objetivos muy claros. Se trasladó a Alemania para desarrollarse en un país donde nada le faltaría. Perfeccionó el idioma; ya dominaba el kazajo y ruso, y hoy habla, además, alemán e inglés. Cuatro lenguas para el muchachito de sonrisa agradable y mirada respetuosa que comenzaría la senda de los boxeadores admirados arriba del ring y respetados afuera, como Sugar Ray Leonard u Oscar de la Hoya.

Esa es la cara de Gennady Gennadievich Golovkin: el hombre sonriente, educado, carismático. Dueño de una simpatía particular, de vida conyugal ordenada y respetuoso con sus adversarios.

Como le sucedió a muchos al comienzo de su carrera, pocos advirtieron el futuro promisorio que podría tener. Más bien surgían las críticas por un estilo prudente y poco atractivo. No renovó contrato con la empresa alemana Universum, que prefería otros pugilistas como Félix Sturm, y buscó nuevos horizontes.

El encuentro con Abel Sánchez le dio la “mexicanización” a un boxeo mecanizado de origen ruso; le mostró los videos de Julio César Chávez y lo convenció de que sería el Mejor del Mundo…Todavía recibe algunos golpes que podría eludir, pero está claro que ha mejorado su defensa y se muestra más combativo. Hemos contado en Ring Side como su encuentro con Sánchez fue vital para los dos; el entrenador pensaba retirarse en Big Bear y allí encontró el Kazajo el lugar ideal para entrenarse y lanzar, de modo definitivo, su carrera.

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Su vida profesional ya es conocida. Aquí está la otra cara de Golovkin. El hombre que respeta a sus adversarios, que entrena con toda seriedad, que buscó los caminos para llegar a la gloria, que adora pasar el tiempo con su esposa y su hijo Vadim, que domina cuatro lenguas, que ha incorporado su hermano Maxim a su grupo de trabajo, que sufrió la muertes de sus hermanos mayores y en febrero pasado un paro cardíaco también se llevó la vida de su padre, y con el dolor a cuestas debió presentarse en el mítico Madison Square Garden para enfrentar al australiano David Geale.

El hombre de la sonrisa y el respeto se transforma dentro del ring. Sigue la escuela de Leonard, Cuevas, de la Hoya. Caballeros de buenos modales, que, cuando suenan la campana se visten de guerreros indestructibles. En ese camino se encuentra Gennady Gennadievich Golovkin.

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Hernán O’Donnell

 

 

Floyd Mayweather, último round

Dejó caerse de modo leve en el centro del ring y sintió el grosor de la lona que rozaba sus rodillas. Escuchó aplausos, gritos, ruidos ensordecedores. Elevó los ojos al cielo, abrió sus brazos y se mantuvo un instante así, de rodillas y con una plegaria en los labios. Las luces lo envolvían y sentía que era el momento de decir adiós, de dejar caer el telón y repasar, si se podía, en pocos instantes una carrera que superaba todas sus expectativas y se inscribía entre las mejores de la historia.

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Floyd Mayweather había alcanzado su éxito número 49 en fila, derrotaba a Andre Berto y cerraba una carrera espectacular, llena de gloria, de combates inolvidables, armada con rivales de fuste y renombre que, todos, cayeron a sus pies. Discutido, “Money” trazó algunos números en 17 años que lo distinguen y arrebatan los argumentos de quienes pretenden disminuir su capacidad. 5 coronas del mundo. Invicto. Rivales de distintos estilos, de buenas campañas, grandes campeones: Les ganó a todos. Nombres que sucumbieron, como Diego Corrales, Demarcus Corley, Arturo Gatti, Zab Judah, Oscar de la Hoya, Ricky Hatton, Juan Manuel Márquez, Víctor Ortíz, Shane Mosley, Robert Guerrero, El “Canelo” Alvarez, Manny Pacquiao…Lo intenatron varios argentinos: Gustavo Cuello, Carlos Ríos, Carlos “El Tata” Baldomir, y por supuesto, Marcos “El Chino” Maidana. Quizás Maidana le haya hecho (en la primera pelea) uno de los mejores combates; tal vez Ortíz lo tuvo sentido, aunque se desconcentró y dilapidó su chance. El portorriqueño Cotto le hizo un gran combate.

Mayweather vs Maidana

Pero nadie pudo con él. Ahí está la lista de nombres. Ahí están todos. No falta nadie. O casi, por que tal vez Sergio Martínez pudo haber tenido una oportunidad. Quedará su nombre para la polémica: ¿Que hubiera sucedido en un encuentro entre Floyd y Maravilla?, será la pregunta eterna en las discusiones de café, oficinas y colegios.

Están los rivales mencionados. los que si tuvieron su posibilidad. Y no hubo caso. Excepto el momento que Ortíz desaprovechó en una situación donde golpeó con la cabeza, y mostró que la había perdido en un combate que se proyectaba favorable, y después perdió tiempo en disculpas innecesarias hasta verse sorprendido por la rápida reacción de “Money”; tal vez el buen combate que le planteó Cotto, o esos primeros rounds ( el primero, tercero, cuarto y quinto) del “Chino” Maidana en su primer enfrentamiento, donde fue un vendaval de ataque y lanzamientos de golpes sin descanso, fuera de esos recuerdos, la imagen de Mayweather ha sido una constante. Un hombre rápido, de piernas ágiles y desplazamientos laterales constantes, rotación de cintura, excelente defensa y buenos golpes, hizo de cada pelea una película previsible. Dominio constante, desgaste del adversario y prolija suma de puntos en cada round. Así, desnudó a Saúl Alvarez, a De La Hoya, a Pacquiao.

“Mi carrera ha terminado. Es oficial”, dijo en la noche de Las Vegas. Sentía que todo había concluído. Que el chico nacido en Michigan, hijo de un boxeador, de familia ligada a este deporte, había hecho su trabajo. Que conquistó los títulos superpluma, ligero, superligero, welter y superwelter. Que nadie había podido con él. Que ganó todo el dinero que quiso. Que armó una carrera bien pensada y trabajada, con esfuerzo, mucho talento y también estrategia deportiva para elegir a cada rival en el momento exacto. Que el cuerpo está bien, pero ya no quiere recibir más golpes.

Mayweather II

La última función había pasado. Berto ya era un nombre más en la lista. El dominio de los primeros rounds, los golpes precisos, los esquives anunciados, también algún amarre y por supuesto los clásicos movimientos laterales; luego, el baile de los últimos asaltos; los insultos cruzados con el rival, los gestos de Berto, mezcla de indignación e impotencia; alguna provocación final. Todo había quedado atrás.

Había sonado la última campana y Floyd se dejó caer. Ni siquiera saludó a su oponente. Sintió el roce de las rodillas en la lona y elevó los ojos al cielo. No escuchaba ovaciones, ni silbidos ni reproches. Sólo una mirada al cielo. Y la larga película de 49 capítulos invictos. Sintió que el trabajo estaba hecho. Que el hombre arrogante, el boxeador indescifrable, el fanfarrón del dinero, habían terminado su carrera. Ahora era un hombre agradecido, que se arrodillaba en Las Vegas, casi el patio de su casa, para cerrar la puerta, despedir al boxeador, y, tal vez, empezar una vida nueva.

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Hernán O’Donnell

Una nueva estrella derrotó a Narváez

Dolió mucho este combate. Tal como dolió la caída de Sergio Martínez ante Miguel Cotto el 7 de junio en Nueva York. Porque fue sorpresiva, dura, mucho más dura de lo esperado. Narváez perdió de una manera más contundente e inapelable de lo que se preveía. Porque si bien se auguraba una pelea muy difícil, no imaginábamos que la derrota iba a ser así. Terminante. Indiscutible. Y que el pleito durara apenas 2 rounds, algo así como 5 minutos, aunque en rigor de verdad, apenas se fue al suelo el “Huracán”, cuando iba un minuto de combate, nos invadió la sensación de que no habría marcha atrás. Que el japonés Naoya Inoue, que salió decidido y marcó el ring con el primer campanazo, con esa derecha potente y levemente descendente, lo iba a martirizar hasta terminarlo.

Narvaez vs Inoue

Y así ocurrió. Una izquierda lo volvió a tumbar en ese primer rouund. Narváez apeló a todo su amor propio y su experiencia para capear un temporal que parecía imposible de frenar. Llegó al descanso con lo justo. Dejó jirones de temperamento para poder soportar ese asalto. Pero la noche estaba muy cerca. Y el segundo fue más de lo mismo: Inoue al atque y otra derecha que derrumba al argentino. Y un gancho al higado terrible, que le cortó el aire y cualquier posibilidad de recuperación. No había ninguna chance para el hombre de Trelew. Estaba ante un rival muy superior.

Narvaez vs Inoue II

Una nueva estrella del boxeo ha aparecido. Naoya Inoue fue digno del lugar de favorito que le dieron. Logró el Título Supermosca OMB. Mostró unas condiciones interesantísimas. Sumó su octava presentación invicto. Suma 7 Knock outs. Derrotó a un gran campeón. Se presentó ante el mundo.Ya lo comparan con Manny Pacquiao…

Es la nueva estrella que aparece en el firmamento del boxeo y que apagó la campaña brillante, extensa y saludable de Omar Narváez.

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Hernán O’Donnell

Narváez, el campeón de la década

Al final, cuando le habló a la gente, descargó su alegría y también algún dolor escondido: “Trato de no leer ni ver nada, pero a veces es imposible. Me duele que digan que tengo rivales menores, recién le gané al número 1 del ranking, la promesa del boxeo de México, llevo más de diez años con el título, no se que más quieren que haga…”

Omar Narváez acababa de vencer, de modo claro e indiscutible, a Felipe Orucuta. La gente se retiraba satisfecha del Anfiteatro de Villa María, el campeón mundial supermosca de la OMB había regalado otra noche de puro talento…

WP_20140919_028Fue muy clara la victoria de Narváez. A pesar de que, de forma insólita, un jurado haya visto empate en 114: los otros dos fallaron 116-112 para el chubutense. Y acertaron, creemos, porque Narváez se hizo dueño del match con mayor precisión y autoridad que en el primer combate, aquel que se celebró en el Luna Park el 25 de mayo de 2013. Los mexicanos creyeron que habían ganado en esa oportunidad, y clamaron por el desquite, que luego de algunas negociaciones, llegó.

El campeón fue el dueño de la noche. Se plantó en el centro del ring, supo cerrarse muy bien en defensa, y golpeó con justeza de contra cada vez que el “Gallito” se le venía encima. Resultado: Narváez pegaba y no se dejaba tocar. Así fueron los primeros 5 rounds. En el sexto se vio un pequeñoa avance del mexicano. Pero no cambió el desarrollo del match. Incluso, se pensó que hasta iba a poder sacarlo antes, en función de la estrategia de Orucuta, de avanzar en línea recta, desprotegido para las contras y envuelto en nervios contraproducentes…

WP_20140919_029Esta vez no hubo discusiones. Narváez ganó de punta a punta. Mostró un boxeo de excelencia el que conoció el gran público ante Adonis Rivas, el que vistió de gala la reapertura del Luna Park, el que le ganó a Seda, el que desafió a Nonito Donaire, el que llenó durante más de 10 años el templo de Corrientes y Bouchard, el que le ganó 2 veces a Felipe “Gallito”, Orucuta, el que se mantiene en la cima a los 38 años, el que lleva más de una década al frente del boxeo nacional…

El mismo que ahora alza la voz y pide un reconocimiento. Sí, el reconocimiento que aquí mismo le hacemos, por todas esas razones y porque si el boxeo vive en la Argentina es por esta hermosa vigencia de Omar Narváez.

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Hernán O’Donnell

(Enviado Especial a Villa María, Córdoba)

Maidana fue la sombra del Chino

No fue el “Chino” que todos conocemos; o el que esperábamos. No tuvo nada que ver con el primer combate, el que se celebró el 3 de mayo último. Maidana cambió la estrategia, modificó el plan e intentó algunas variantes para, esta vez sí, poder derrotar a Floyd Mayweather. No le había alcanzado en su primer intento el ímpetu arrollador, ni los ataques permanentes, ni el derroche de golpes y energías del primero al quinto round. En aquella primera ocasión, el “Chino” fue un ciclón desbordante en la primera parte, que le permitió ganar los rounds 1, 3, 4 y 5. Tenía un dominio de la pelea, pero el cambio de aire, cierto quedo y el impecable box de Mayweather le permitió al norteamericano prevalecer en la segunda mitad y llevarse el primer encuentro.

Esta vez, el “Chino” cambió. Y tampoco obtuvo resultados. Y hasta dejó una imagen más pálida que aquella vez. Se bajó del ring ya sin esperanzas de un tercer encuentro, con un sabor más parecido al fin de la batalla que el de un nuevo encuentro.

Para el público sucedió lo mismo: Si aquella primera pelea despertó una euforia llamativa, el final de esta apagó todos los comentarios de boxeo y los “análisis” de periodistas, aficionados, entendidos y arribistas…El primer combate desató una fiebre “Maidana-Boxeo”. Este último se apagó con la madrugada del combate. ya nadie habla de boxeo (sólo lo hacen los especialistas), ni de la inminente pelea (complicada) de Omar Narváez…

mayweather-mordeduraMaidana salió más tranquilo, intentó agregarle boxeo a su temible pegada. Y no resultó, porque de ese torbellino que sorprendió al propio Floyd, sólo quedó una sombra. Un Maidana que sorprendió en el primer round: con pocos ataques y una actitud más conservadora, fue el típico round de estudio del oponente. Recién se soltó y dominó en el cuarto. Pero ya se empezaba a definir el perfil de pelea. Además, la tranquilidad de Maidana le daba tiempo a Mayqeather para ensayar ataques y descargar golpes, todo a una velocidad y repentización destacable.

Aquí vale la pena detenerse en el vencedor: Hay que darle un crédito y un mérito al invicto campeón del mundo. Mayweather lleva un récord de 47-0, por algo lo tiene. Han pasado distintos boxeadores, y ninguno pudo con él. Ni Arturo Gatii, ni Zab Judah, ni el “Tata” Baldomir, ni Oscar De La Hoya…¿Quiere más nombres? El “Fantasma” Guerrero, el “Canelo” Saúl Alvarez…Ortíz estuvo cerca, le pegó, y lo molestó pero un cabezazo incomprensible en el cuarto round lo descalificó. Cotto hizo un buen combate, pero perdió por puntos. Y el “Chino” había hecho el mejor pleito aquel 3 de mayo…

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Se perdió. Esta vez, sin atenuantes. Sin discusiones. Se cambió el libreto, pero no resultó. Tampoco es para excederse en la crítica: en el primer combate, la estrategia de “matar o morir”  tampoco dio resultado. Es que parece difícil acertar con el rival, hoy por hoy, que le pueda ganar a Floyd. Que se mueva más rápido que él, que pueda atacar y acortar la distancia, pero sin pasarse como para que los golpes tengan recorrido; que pueda esquivar con la facilidad que lo hace Mayweather y que tenga un poder letal en los puños. Hasta ahora, ese rival no apareció. Se asomó el “Chino”, en el primer combate. Y no fue el mismo en el segundo.

Se perdió la pelea e, imaginamos, la chance de una nueva oportunidad. Marcos Maidana dejó todo, no hay dudas. Pero no fue el “Chino”. Y ese es el sinsabor mayor. Perdió sin ser él mismo.

Hernan en el Luna Park

 

Hernán O’Donnell

Maidana se ganó el desquite

Primero habrá que reconocer que Mayweather ganó bien. Que lo hizo con justicia, que su victoria no admite dudas, que no hubo nada raro en la decisión, que sí fue exagerada la diferencia de 6 puntos en una tarjeta y pueda aceptarse que 2 rounds de apreciación (como el 3º y el 6º) puedan verse a favor del “Chino” y esto lleve al empate. Pero no hay demasiados argumentos para cuestionar la victoria de Floyd.

Mayweather vs MaidanaPara admitir esto, los espectadores deben entender que la pelea se juzga round por round. Que no “pesa” en el fallo la imagen “global”, que no se gana el combate por tener 3 rounds de pleno dominio, o muy claros, porque los otros 9 también cuentan, y si te los gana tu rival, perdés la pelea.

Sucedió algo parecido a la pelea de Sergio Martínez contra Martin Murray. Aquella lluviosa noche de Vélez, el inglés ganó los rounds 8, 9  y 10. Incluso, lo derribó lo cual le valió un asalto por 10 a 8. Pero había perdido los primeros 5 rounds, que para muchos eran empate. Y el empate ya no se usa. Entonces tenía más puntos Martínez, que los ratificó en los rounds 11 y 12.

Mayweather vs Maidana IIAquí sucedió algo parecido. Marcos Maidana arrancó con todo; se llevó por delante al Norteamericano, lo arrió contra las cuerdas y tuvo buenas conexiones. Ganó el round por 10-9. El segundo fue, de modo leve, para Floyd. Y lo ganó 10-9. Vale esa imagen para comprender el boxeo. Un round fue muy claro para uno. El otro, leve para el local. Iban empatados en putnos, aunque la imagen fuera que El Chino ganaba…el tercero fue para Floyd y el cuarto y quinto para Maidana; entonces, al cabo del quinto asalto, Maidana ganaba por un punto. El 6º, 7º, 8º, 9º, 10º y 11º fueron para Floyd. Se puede discutir el 6º, pero en los restantes con mayor o menor claridad, se impuso la técnica, los golpes precisos y la buena defensa de Mayweather.

El 12º dejó una impresión mejor de Maidana, y por coraje y audacia se lo dimos a él, aunque muchos colegas entienden que Mayweather conectó los mejores golpes y fue más preciso. También es de apreciación y discutible (lo que perjudicaría aún más al argentino, pues peredería ese round. Para nosotros, lo ganó).

Lo cierto es que en el segundo tramo de la pelea, donde bajó un poco la intensidad del Chino, fue donde Mayweather definió la pelea. Nunca bajó su producción, dominó esos asaltos en forma consecutiva, torció el rumbo que Marcos quería darle al comienzo y acumuló los puntos necesarios como para llegar al último round sin mayores complicaciones, más allá de demoverse para que Maidana no conectara su poderoso golpe de Knock Out.

Al Chino le faltó ese golpe, no pudo encontrar el lugar justo para golpear al adversario. Cuando lo hizo, si bien fueron buenas conexiones, no alcanzaron para derribarlo. Preveíamos que se daría un combate de esas características. Con el Chino al ataque y Floyd con su defensa característica y sus movimientos constantes, en los que parece difícil encontrarlo. Y fue así. Aunque Maidana derrochó temperamento y se ganó el derecho a un desquite, que promete ser fantástico…

Hernan en el Luna Park

 

Hernán O’Donnell