Milan, y el despertar del gigante dormido

La remontada de la reanudación es llamativa y elogiable. Despachó a Roma, Lecce, Lazio, Juventus, Parma, en tanto remontó un 0-2 ante SPAL para igualar en dos, y un empate ante el duro Nápoli de Gatusso. Y Milan no para. Ahora fue el turno del Bologna. Otra víctima de este Milan que se ha recuperado a pasos agigantados y da gusto verlo jugar, en tanto le abre una ventana al futuro.

A los 5′ tuvo un contragolpe bien llevado por Zlatan, la apertura a la izquierda para Rebic y este que engancha y remata en lugar de devolver la pared al sueco que mostró todo su fastidio en tanto el arquero visitante Lukasz Skorupski contuvo el disparo. Y un minuto después, una hermosa maniobra colectiva con la subida clave de hern{andez, el pase a Kessie, este a la izquierda para Rebic, la habilitación para Hernández y el tiro del marcador de punta que tapó, otra vez, el arquero de Bologna. Milan avisaba con un estilo punzante, rápido y elegante.

Era tanta la superioridad que manifestaba que a los 9′ abrió el marcador, tras una buena jugada por izquierda, el centro de Rebic y el remate de Saelemaekers a la derecha del arquero para marcar el 1 a 0.

Y siguió el local con el control del partido, a partir de su dinámica y juego asociado. A Bologna le costaba meterse, porque a pesar de su esfuerzo y aunque Milan por ahí le cedía un poco el balón y el terreno, le achicaba muy bien los espacios. Entonces el visitante se ahogaba, perdía la pelota y el equipo de Stefano Pioli amenazaba en cada contragolpe.

Entonces llegó, a los 24′, el segundo tanto, tras una falla del arquero polaco, quien recibió un pase complicado pero que lo solucionó aún peor pues le dejó el balón servido a Calhanoglu que no tuvo problemas en marcar el 2 a 0.

Milan se sentía seguro y dominante en el partido; pudo aumentar a los 34′ cuando una contra manejada por Rebic por la banda izquierda buscó la entrada limpia de Kessie, y su remate pegó en el palo izquierdo del arquero visitante. Bologna tuvo su chance recién a los 36′ después de un tiro cruzado que pasó por las narices de Donnarumma y Orsolini no pudo concretar.

Cuando todo parecía dominado por el local, apareció un golpe, una sorpresa de esas que el fútbol parece tenernos preparada. Tomiyasu ganó un balón en ataque, sorteó la salida dubitativa de Romagnoli y cuando encontró el tiempo y el espacio sacó un tiro bárbaro para meterse en el ángulo superior derecho de Donnarumma y achicar a 2-1 el resultado cuando iban 43′ de juego.

Herido en el orgullo por ese cierre del primer tiempo, Milan salió decidido en el complemento y enseguida ajustició al rival. Una jugada de izquierda a derecha, la habilitación para la entrada de Bennacer, y este remató cruzado en tanto ingresó libre por el medio a los 49′ para ampliar el marcador a 3-1 para el local.

Entonces el encuentro tomó su rumbo definitivo, porque Bologna se desarticuló, perdió consistencia y no encontró juego para arrimarse a Donnarumma, en tanto el local se asentó en su esquema, buscó espacios y con la conducción de Zlatan, abrió surcos para poder llegar al arco visitante.

De modo lógico llegó el cuarto gol, tras un brillante pase de Ibrahimovic a Rebic, quien se filtró por izquierda y sacó un remate muy fuerte para marcar el 4 a 1 a los 57′ del partido.

Todo quedó resuelto en esos pocos minutos del complemento. Bologna sintió los goles como golpes de knock out. Y recurrió a tres cambios para intentar levantarse del pozo en que había caído: I. Mbaye por T. Tomiyasu, G. Corbo por Danilo y A.F. Baldursson entró por N. Dominguez; todos a los 59′ del encuentro, en tanto MIlan aprovechó para renovar también a su formación: a los 60′ G. Bonaventura entró por H. Calhanoglu, R. Leão reemplazó a Zlatan Ibrahimovic y R. Krunic ingresó por A. Saelemaekers; un partido nuevo se iniciaba con tantas variantes, pero estaba casi toda la película desarrollada y era muy difícil torcer el destino.

Bologna apeló a los últimos dos cambios de los cinco permitidos: iban 74′ y A.S. Olsen entró por R. Orsolini y M. Svanberg por R. Soriano, en tanto que en el local a los 78′ Lucas Biglia reemplazó a I. Bennacer y a los 81′ L. Colombo entró por A. Rebic.

La última imagen fue el quinto gol de Milan, que sonó como una orquesta en su famoso teatro. Proyección de Kessie por derecha, centro atrás y Calabria, que llegaba en diagonal, entró libre para convertir el 5-1 a los 90+2′ del partido.

Un cierre a toda orquesta, tras otra actuación fenomenal del equipo, sostenida en la seguridad del joven y a la vez experto Donnarumma, las proyecciones de Hernández, la dinámica de Kessie y Bennacer, la potencia de Rebic, la velocidad de Saelemaekers y la enorme sabiduría de Ibrahimovic.

Ha montado una remontada impresionante desde la reanudación de la Serie “A”. Es el Milan, y el despertar del gigante dormido.


Hernán O’Donnell