New York City fue contundente y dio un paso adelante en la MLS

La MLS no se detiene. El fin de semana arrancaron los play off, estos octavos de final que traen emoción y tensión en el juego. Fútbol en su máxima expresión.

New Yokr City sacó una ventaja rápida. Iban apenas 4′ cuando llegó el tiro libre desde la izquierda, ejecutado por Matarrita, el rebote y el balón que le llega a Medina, quien libre por la izquierda abre el marcador. El partido quedaba 0-1.

New York se sintió confiado con la ventaja, y a partir de ese momento tuvo unos diez minutos de dominio, con la movilidad de Mitrita, la dinámica de Medina y la potencia de Valentín Castellanos en el ataque. Tuvo una modificación obligada a los 30′ por la lesión de Tajouri, y el reemplazo de Maximiliano Moralez le dio al equipo una cuota extra de buen fútbol y conducción.

Toronto oponía un sistema táctico-estratégico similar; línea de cuatro defensores, doble contención con la participación activa del experto Michael Bradley y Pablo Piatti junto a Pozuelo para armara juego.

Así, el primer tiempo se hizo entretenido, por momentos repartido, aunque siempre New York insinuaba más profundidad. Sobre todo con pelotas detenidas, el equipo de Ronny Deila se hacía peligroso. Cada centro era bien ejecutado y los cabeceadores ganaban en el área de Toronto.

En el complemento New York iba a extender pronto su ventaja. Toronto iba intentar adelantarse en el campo y tratar de dominar las acciones, pero pronto llegaría un golpe contundente.

Iban 54′ cuando Maxi Moralez tomó una pelota de aire y de volea habilitó a la izquierda a Valentín Castellanos. Este se fue por la banda, enganchó hacia el centro cuando llegaba al área y sacó un remate cruzado que venció a Westberg. 0-2 para New York que ya se sentía cómodo en el partido.

Toronto apeló a tres cambios para tratar de remontar el partido. Iban 57′ y el DT decidió que E. Gallardo entrara por J. Nelson, el delantero con experiencia en la selección J. Altidore ingresó por N. DeLeon y J. Osorio reemplazó a P. Piatti.

El partido tomó un rumbo palpable; con la desventaja, Toronto fue al atque, acumuló gente y se volcó al campo de New York, quien se ordenó en su territorio y aprovechó todos los espacios vacíos para amenazar de contragolpe.

Pero para Toronto las cosas no fueron fáciles; tuvo buenas intenciones y un juego atildado, prolijo. Le costaba ser profundo, dar la puntada final, poder romper el cerco que le tejió New York. Carecía de sorpresa, cambio de ritmo y poder de fuego para descontar.

Y sufría en cada contra, hasta que a los 81′ MacKay Steven, que había entrado por Mitrita, corrió un balón por la banda izquierda, con el último esfuerzo pudo conectar al medio para Heber, que había ingresado en reemplazo de Castellanos, y el brasileño, de taquito, habilitó la entrada libre de Maxi Moralez, quien remató sin dificultades para marcar el 0-3 y liquidar el juego.

Ahí se bajó la cortina. Si bien quedaba unos minutos, ya la actitud del equipo de Canadá era otra. Decepcionados, con la frustración de no haber podido revertir el dominio que tuvo New York, más allá del descuento logrado al final, cuando Shafellburg lanzó un centro desde la izquierda, Altidore la bajó de cabeza y Patrick Mullins remató libre para poner el 1-3 a los 86′ de juego.

New York ganó muy bien. Fue más incisivo, más profundo, más contundente. Supo atacar y contraatacar. Incluso tuvo una chance más a los 90+1′ cuando Heber se fue sólo hacia la valla de Toronto y picó el balón sobre la salida del arquero, pero su tiro rebotó en el travesaño. New York mostró muchas cualidades y avanzó a cuartos de final después de una noche de buen fútbol.


Hernán O’Donnell