Bilbao sueña que el triunfo de Athletic en Valencia lo acerque a las Copas de Europa

Un partido importante para la clasificación a las Copas de Europa. Dos equipos de campaña irregular, pero con la inmensa ilusión de llegar a los puestos de clasificación de las Copas, donde entrar Quintos o sextos pueden tener un Valor interesante; nada menos que llegar al plano internacional.

El comienzo fue más que interesante. Valencia salió decidido, sabía que el rival era complicado e intentó doblegarlo de entrada. Así construyó la primera llegada a los 3’ con un disparo de Rodrigo que se fue apenas afuera. Enseguida tuvo otra, tras recuperar la pelota en zona alta y conseguir el remate de Guedes, un bombazo que el arquero visitante sacó al córner cuando iban 4’ de juego. Pero esa ilusión iba a interrumpirse muy rápido, cuando el Athletic lo golpeó en una clara llegada.

Después llegó el gol del visitante tras un error de la defensa local. Muniaín capturó el balón por la derecha cuando intentaba salir el local, enhebró la maniobra por la banda y el centro atrás para el ingreso de Raúl García, quien convirtió el tanto con un remate seco a los 12′ de juego. Athletic se adelantaba 0-1 y el partido tomaba otros ribetes.

La visita aprovechó el momento y tuvo un par de oportunidades cuando Valencia lucía sacudido por el impacto. Con la conducción de Muniaín, la técnica de Córdoba y la amenaza latente de Raúl García, parecía que Bilbao se iba a adueñar del control del partido. Pero reaccionó el local. Se scaudió el polvo y fue más adelante, con el trabajo de las bandas y la proyección de los marcadores Florenzi y Jaume Costa, sostenidos por la dinámica de Ferrán, de ida y vuelta incansable, más la visión de Dani Parejo, Valencia emparejó el desarrollo y tuvo un par de apariciones con el uruguayo Maxi Gómez como carta de peligro.

Así se desarrolló el primer tiempo. Con los dos decididos a ir rápido al área rival, profundizar, tratar de lastimar. El medio juego era un sector de paso veloz, sin demoras y con la dinámica necesaria para ir derecho al grano. Valencia mejoró su imagen y a pesar de haberse retirado al final del primer tiempo abajo en el marcador, tenía esperanzas para el complemento.

En el complemento Athletic de Bilbao volvió a golpear rápido. Muy rápido. Apenas se jugaban 46′ y Raúl García sacó un disparo desde 25 metros que se metió en el ángulo de Cillessen. 0-2 y la desazón se apoderó de los jugadores locales; por lo menos, la TV mostraba sus rostros frustrados por un nuevo gol sufrido apenas arrancaba el segundo tiempo.

Se animó entonces el visitante, y empezó a probar desde lejos. Valencia sabía que se le agotaban las posibilidades y decidió recurrir a la banca de suplentes para mejorar al equipo. A los 60′ dos cambios sacudieron la modorra del equipo: C. Soler entró por Gonzalo Guedes y el ruso D. Cheryshev por Ferrán Torres. Salían los aleros y dos hombres de refresco le iban a dar aire al Valencia por las bandas; sobre todo Cheryshev, quien entró muy bien en el partido y empezó a desnivelar por izquierda, donde produjo buenas llegadas y centros al área.

El partido se hizo entretenido. Valencia iba con ímpetu y el Athletic se ordenaba del medio hacia atrás para amenazar con estiletazos de contragolpe.

También la visita refrescó al equipo: A los 64′ A. Villalibre entró por U. Lopez y M. Vesga ingresó en lugar de I. Williams. El local empezó a tener la pelota y Cherishev lanzó un centro a los 66′ que Rodrigo no pudo conectar. A los 69′ otro centro del extremo ruso fue cabeceado por Maxi Gómez, y se fue apenas afuera; a los 70′ un nuevo pase centro de Cherishev fue conectado por Rodrigo, pero el balón rozó el palo derecho del arquero visitante. Y a los 72′ hubo un centro de Soler, la bajó Gómez y el remate final de Rodrigo se fue arriba del travesaño. Enseguida entró K. Gameiro por M. Gomez, a los 73′ mientras el local intentaba quemar las naves. Sumaba llegadas pero no las podía traducir en la red. Bilbao, en tanto, se afirmaba en sus zagueros y procuraba llegar limpio de contra.

El final encontró la lluvia de cambios de esta época. Athletic dispuso que O.De Marcos entrara por I. Muniain y O. Sancet por R. Garcia a los 81′. En Valencia entraron D. Wass por A. Florenzi y M. Vallejo por D. Parejo a los 83′, mientras que el visitante dispuso que M. Balenziaga ingresara por I. Cordoba a los 89′. Fue todo lo que dejó el final para comentar; el partido se había ya diluído, y con los minutos finales, el Athletic de Bilbao se abrazó a la victoria para soñar con las Copas de Europa, en tanto Valencia se fue envuelto en una gran confusión.


Hernán O’Donnell

En diez minutos, Milan destrozó la ilusión de SPAL 2013

Para el equipo local era algo así como una hazaña; un récord, algo que nunca había logrado en su historia en su casa: derrotar a Milan. Conseguir la victoria ante un equipo grande de Italia, uno de esos gigantes que han ganado Scudettos, Copas de Campeones, Champions Leagues e Intercontinentales. SPAL 2013 acunó la ilusión durante gran parte del partido, pero la pujanza de su rival, el momento ascendente que vive, y el peso de la camiseta, terminó por destrozar la historia que construía con paciencia y sacrificio, y el Milan se llevó un valioso empate para mantener la racha invicta y hacer que perdure la intención de arribar a los puestos de clasificación de las Copas de Europa.

Iban 12′ de juego cuando el local abrió el marcador. Un corner, varias piernas que quisieron intervenir, una serie de rebotes y al final Valoti tiró a una esquina donde Donnarumma, tapado, no pudo advertir que iba el balón y el partido se puso 1 a 0 para SPAL.

Milan sintió el golpe y fue por la igualdad; con la conducción inteligente de Calhanoglu, y el esfuerzo de todos, se adelantó en el campo. Sufrió con la lesión de Castillejo, quien debió dejar la cancha a los 16′, reemplazado por A. Saelemaekers, mientras el local se ordenaba en una escalera defensiva.

Pero las sorpresas no se detendrían allí. A los 30′ Sergio Floccari sacó un remate de larga distancia que tomó un efecto sensacional y se metió por detrás del vuelo de Donnarumma, en su ángulo superior derecho y el partido quedó 2 a 0.

Sobre el cierre se fue expulsado Marco D’Alessandro por una fuerte infracción y el local se quedó con diez hombres a los 43′. Todo un detalle para el complemento.

El DT decidió sacar a los goleadores y rearmarse para la segunda etapa con dos volantes. Salieron los “héroes” del primer tiempo, Valoti y Floccari, y los reemplazaron S. Missiroli y M. Fares.

En Milan, otro cambio más para reafirmar al equipo en la ofensiva: el joven portugués Leao por Calabria.

La visita empezó a acumular llegadas, la mayoría con elaboración por las bandas y centros, pero también con muchos remates al arco, que si bien la mayoría se fue afuera, en muchos casos encontró la respuesta del arquero Letica. Pero empujaba con fútbol y jerarquía, adelantaba sus líneas y terminó por acorralar al local. Sobre todo a partir de los cambios, el ingreso a los 64′ de D. Laxalt por T. Hernandez y Zlatan Ibrahimovic por A. Rebic fuern determinantes. El uruguayo contagió ganas, dinámica y espíritu. El sueco, la enorme jerarquía y el inmenso respeto que provoca en rivales y también compañeros.

Paquetá y Calhanoglu se apropiaron del balón y una y otra vez llegó el Milan al arco rival. Hasta que la defensa heróica de SPAL hizo agua. A los 79′, con el gol de Leao, que definió con serenidad tras capturar el balón en una serie de rebotes en el área local. 2 a 1 quedaba el partido y la sombra del gigante se asomaba por la ciudad de Ferrara.

Cuando ya se jugaba el descuento, un centro de Saelemaekers de derecha al medio, encontró la pierna de Francesco Vicari quien quiso despejar y no hizo más que meter el balón en su arco. Iban 90+4′ de juego y el partido quedaba 2 a 2.

La desazón ganó los cuerpos de los futbolistas locales; el dolor por no haber podido sostener el resultado, que hubiera sido histórico. pero también, cuando lo analicen con frialdad, entenderán que el marcador fue justo, que Milan había hecho todo para empatar y tal vez un poco más, y que entonces no les queda mal llevarse un punto. Ese mismo que conquistó el equipo “Rossonero” a fuerza de buscar, luchar y no resignarse nunca.


 Hernán O’Donnell