Nápoli fue dueño de Génova de principio a fin

Desde el comienzo Napoli fue el dueño del juego. Ejerció un control del balón permanente, tuvo el dominio territorial y en ese primer tiempo acumuló llegadas de modo permanente, mientras que el Genoa recién pudo salir en un lapso corto, después de los treinta minutos de juego. En ese lapso, el inicial, la visita se hizo amo y señor del encuentro. Sostenido en la dinámica de Fabián Ruiz, el empuje de Lobotka y la potencia de Politano, el equipo del Sur acumuló peligro y se mostró como el protagonista exclusivo del juego.

Ahogó al Genoa en su área y sumó situaciones. Tuvo un tanto no convalidado pues el balón se había ido tras un tiro de esquina; a los 30′ Insigne llegó bien perfilado y su remate fue sacado por el arquero local Perin.

A los 40′, otra ocasión clara también en los pies de Insigne que el arquero pudo rechazar. Y cuando todo parecía concluir, llegó la apertura del marcador sobre el epílogo del primer tiempo.

El tanto fue de Mertens a los 45+1′, ya en la prórroga de la primera etapa, tras una buena maniobra colectiva y la aparición del delantero belga para clavar el 0-1.

Nápoli cerraba la primera parate con una ventaja merecida, pues había sido más que su rival; tuvo la pelota, la manejó con criterio, apretó al adversario hacia su área, lo maniató y solo le faltó convertir, hecho que lograría sobre el cierre.

En el complemento Genoa salió con un poco más de decisión y encontró rápido la igualdad. Hubo un tiro de esquina desde la derecha, y Goldaniga de cabeza, marcó el 1 a 1 a los 48′ de juego.

Allí pareció despertarse un poco el local, que intentó equilibrar el partido, hacerlo más parejo, disputarlo más en la zona media. Pero la visita muy pronto le iba a mostrar su poderío y volvería a someterlo. A los 56′ un remate de Politano que parecía tener propósito de centro, se fue hacia el arco y dio en el travesaño. Era el primer aviso.

Después, la primera ventana de los cambios: A los 62′ dos cambios por equipo. L. Lerager entró por V. Behrami y I. Falque reemplazó a F. Cassata en Genoa. En tanto, en Nápoli también habría dos variantes que fueron determinantes en el partido. Hirving Lozano entró por M. Politano y A. Milik, que tendría futuro en la Juventus, reemplazó a D. Mertens.

Y dicho y hecho, porque a los 65′, tras un pelotazo largo desde el fondo, Lozano entró solo por el medio, dominó el balón, aguantó la marca y ante la salida del arquero metió un remate preciso que fue el 1-2 para la visita.

Nápoli volvía a estar arriba en el marcador y a sentirse dueño del partido. A los 68′ hubo un tiro fantástico de Mario Rui desde la izquierda que Perin sacó al corner en una brillante atajada. A los 70′ G. Pandev ingresó por A. Sanabria en el local y cuando se jugaban 74′ un tiro libre de Insigne se fue un poco arriba del travesaño. El dominio era de los napolitanos.

Después, otra ventana de cambios: a los 81′ A. Favilli entró por A. Pinamonti y P. Ghiglione lo hizo por D. Biraschi en el Genoa. En la visita, lo hicieron A. Younes por Lorenzo Insigne y P. Zielinski por E. Elmas; más tarde, a los 86′, Allan ingresó por Fabián Ruiz en el visitante.

El final tuvo algunos revolcones de Meret que bien pudieron darle un dolor de cabeza al equipo de Gatusso. Porque casi sin mérito alguno, genoa pudo haber encontrado un tanto del empate. Pero no pasó de un pequeño alerta. Hubiera sido una injusticia, porque Nápoli fue superior a lo largo de todo el partido, jugó mejor, fue dominante, impuso condiciones y se llevó lo que fue a buscar en su visita a Génova.


 Hernán O’Donnell

MLS is back!

Empezó el Mundialito de la MLS. Con un formato similar a la Copa Mundial de la FIFA, la propia organización del fútbol de Estados Unidos bautizó como “Mundialito” a este torneo rápido, que convocó a todos los conjuntos en el predio dé Disney, el llamado Disney Wide World Sports en la ciudad de Kissimmee, muy cerca de Orlando, Florida.
Allí se estableció la base de la Major League Soccer, y con el “Sunshine Derby” se inauguró la temporada.
Un pedido por el fin del racismo se efectuó antes de que empezara a rodar el balón.

El partido inaugural fue este nuevo clásico entre Orlando City y el Inter Miami, dos equipos que tienen un presente y una realidad diferente. Para el conjunto local, varias temporadas de juego, experiencia, ya asentado en la MLS. Para la franquicia de Miami, todo es nuevo. Apenas tiene un pequeño tiempo de vida y recién comienza a comeptir. Jugó en marzo sus dos primeros partidos y los resultados no le fueron favorables. Tiene que ganar experiencia y hacerse su lugar con el tiempo. Paciencia y trabajo serán sus armas fundamentales.

El primer tiempo fue parejo. Se jugó poco, se corrió bastante y se luchó mucho. La pelota anduvo más por el aire que por el piso. Abundaron los pelotazos. Faltó precisión y se notó el largo receso, los meses de parate y la falta de entrenamientos. El local se manejó con el despliegue de Pereyra, la dinámica de Mueller, la base de Junior Urso para patrullar el centro del campo y el talento de Nani, de una jerarquía trascendente para imponerse en el ataque.

En Miami la intención fue pelear el partido en el medio y llegar con rapidez a partir del trabajo lateral de Pellegrini y de Morgan, con Agudelo como punta de lanza.

Pero no hubo demasiadas luces y el primer período se cerró 0 a 0.

En el complemento llegaron las emociones. De movida el visitante sacudió la noche; jugada por derecha, habilitación para Morgan, taco al medio y la llegada de Agudelo para marcar el 0-1 a los 46′. Miami lograba el primer gol de la Copa y se ponía en ventaja, para darle vuelo a la ilusión del primer tirunfo en su historia.

Orlando City reaccionó. Fue a buscar, se adelantó en el campo e intentó torcer el rumbo del partido. A los 63′ movió el banco para refrescar piernas e ideas: J. Mendez por J. Urso y T. Akindele por Dwyer en el local. En Inter Miami ingresó Pizarro por Ambuila. Pronto habría novedades.

Una llegada por izquierda, el centro cruzado, la pelota que recorrió toda el área y Muller que igualó a los 69′. 1 a 1 y volver a empezar.

El DT de la visita, Diego Alonso decidió que ingresar el argentino carranza para tener más peso en el ataque. Pero Miami confundió el camino, se empacó Pizarro en la maniobra individual, y el City tuvo una chance y no la desperdició, cuando ya se jugaba la prórroga y a los 90+6′ Nani empujó a la red un balón que, tras un centro de la izquierda, le había caído de rebote. 2 a 1 para Orlando y adios al sueño e ilusión del equipo de Miami.

La MLS se puso en marcha. Con mucho entusiasmo dio el primer paso. El correr de los partidos le hará ganar ritmo a los equipos y el juego mejorará. Pero, para empezar, estuvo muy bien. El orden de Orlando fue más que la ilusión de Miami, y ahora vendrán días con muchos partidos, para disfrutar el “Soccer”, el juego maravilloso.


Hernán O’Donnell

La búsqueda de la gloria perdida en el Milan no la detiene ni la propia Juventus

Partidazo. Tal como lo preveíamos en los papeles, antes de comenzar a jugarse. Porque la Juve es el mejor equipo de Italia, de eso no hay dudas, pero el crecimiento del Milan, el empuje del equipo y todo lo que demostró en la reanudación del certamen nos daba la pauta de que podíamos ver un encuentro con paridades, cosa que no es habitual en las presentaciones del puntero de la Serie “A”.

Dos dibujos tácticos diferentes; línes de cuatro en el Milan con Donnarumma al arco, Conti, Kjaer, Romagnoli y Hernández; Kessie y Bennacer adelante de ellos; Saelemaekers por fuera, Rebic en el medio se alternaba la posición de delantero central con Ibrahimovic y Paquetá por izquierda. Un planteo compacto, con el retroceso de los extremos para ayudar a los dos volantes medios y la concentración de todos.

Arrancó la visita con mayor presnecia en el campo. La solidez del polaco Szczesny en el arco, la salida clara permanente de Cuadrado, fijo Rugani, con más salida Bonucci y la proyección de Danilo; en el medio Bernardeschi tirado a la derecha con permiso para subir al ataque siempre, la fineza de Bentancur, el trajín de Pjanic y la dinámica de Rabiot. Y dos tanques adelante: Gonzalo Higuaín y Cristiano Ronaldo.

A los 9’ avisó la visita con un tiro libre de Bernardeschi que Bonucci no alcanzó a conectar cuando la pelota cruzó toda el área; a los 12′, un tiro tremendo de Ronaldo se fue apenas desviado. Juventus quería imponer su autoridad, pero enfrente estaba un equipo que crece fecha a fecha y le iba a dar pelea.

Apareció el Milan a los 22′ con un buen enganche de Zlatan y su tiro fue contenido por el polaco Szczesny. Volvió a tener una jugada parecida a los 24′ cuando Hernández habilitó al sueco y este sacó un buen tiro que rechazó el arquero visitante.

El primer tiempo se fue con emociones al final, porque lo tuvo muy claro Higauín con una excelente media vuelta y Donnarumma contuvo abajo, cerca de su palo derecho. Y de contra Ibrahimovic se fue al gol, pero un off side previo le interrumpió la maniobra.

En el complemento, Milan salió con un cambio y con la misma mentalidad. Ir a buscar el partico. El hábil Calhanoglu entró por Paquetá. que había sufrido a la hora de retroceder y marcar. Pero Juventus metió dos puñaladas fuertes, de esas que pueden hacer doler. Primero, a los 46′ Rabiot encaró una jugada individual desde su campo se fue a toda velocidad, se metió en diagonal tras un tunel a Hernández, Higuaín le arrastró la marca de Kjaer y sacó un terrible zurdazo para marcar el 0-1.

Después llegó el segundo gol. Fue un pelotazo largo desde la derecha que Romagnoli intentó cortar de cabeza, falló, Kjaer salió muy cerca de su compañero y el balón le quedó a Cristiano Ronaldo, quien no falló para definir ante la salida de Donnarumma. 0-2 a los 52′ de juego y una sensación de bronca recorrió al San Siro, porque el Milan no había hecho un mal partido hasta entonces. Al contrario, como lo preveíamos, había construído un encuentro parejo.

No se volvió loco el equipo de Stéfano Pioli y se aferró a sus convicciones. No se dio por vencido. Reaccionó. Metió un segundo cambio: a los 59′ R. Leão entró por A. Saelemaekers. Y descontó por un tiro penal de Zlatana Ibrahimovic a los 61′ para estar otra vez en partido.

Todo lo que contagia Zlatan se vio otra vez reflejado en el equipo.

Y fue más el Milan. Más entero, con la confianza por las nubes y una actitud muy positiva llegó al empate mediante una aparición de Kessie en el área rival para marcar el 2 a 2 a los 65′ de juego. Más sereno, a los 66′ G. Bonaventura reemplazó a. Ibrahimovic, que ya había cumplido su función de líder para enderzar la nave; y cuando Juventus comenzaba a preguntarse que pasaba, llegó el gol de Leao a los 76′ para dar vuelta la película y poner el resultado 3 a 2 para el local.

Maurizio Sarri intentó un volantazo, con tres cambios: B. Matuidi por A. Rabiot, Douglas Costa por G. Higuain y A. Ramsey por M. Pjanic a los 68′ de juego. Pero pareció inútil, casi un manotazo de ahogado cuando ya el partido, en lo futbolísitico y en lo espiritual estaba en manos de Kessie, Bennacer, Rebic, Calhanoglu, Kjaer, Romagnoli…

No mostraba rebeldía Juventus. Más bien lucía desconcertado después de los tres goles casi consecutivos que le marcó el local y sus jugadores eran como piezas desparramadas en la cancha, inconexas y sin brújula.

Recién tuvo una oportunidad a los 77′, tras un tiro de esquina que conectó Rugani de cabeza y tapó muy bien sobre la línea Donnarumma. Pero si alguna ilusión le quedaba, el Milan se la iba a hacer añicos. Un pase fallido de Alex Sandro, que había entrado por Cuadrado un minuto antes, en una salida por el lateral izquierdo, pretendió cruzar hacia la derecha pero el balón lo recibió Bonaventura dentro del área, y habilitó a Rebic quien no falló en su remate: 4 a 2 a los 79′ y partido revertido.

Quedaron las variantes finales que no alteraron el desarrollo. Iban 81′ cuando D. Calabria entró por A. Conti y R. Krunic por A. Rebic en el local. Milan ya había dado una muestra más de su gran recuperación en el juego desde la reanudación, el crecimiento en cada uno de los partidos, ese ascenso que mostramos y comentamos desde hace varias semanas en esta página y coronó una victoria amplia, contundente y merecida ante el mejor equipo de la Serie “A” en otro paso más a recuperar la gloria perdida.


Hernán O’Donnell

Arsenal se quedó con un sabor amargo bajo la lluvia de Londres

Arsenal hizo un buen partido, en líneas generales, ante el difícil Leicester, pero la falta de efectividad, el firme arquero rival y una inédita expulsión costaron caro para un equipo que venía en crecimiento.

En los primeros minutos fue el visitante quien dominó la pelota y empujó al rival hacia su campo. Fue un inicio lento, donde Arsenal se vio amenazado por la tenencia de Leicester. Poco a poco el curso del partido cambió. El habitual 3-4-3 del equipo de Mikel Arteta desde el reinicio del campeonato ofrece juego abierto con los laterales Bellerín y Tierney, con control de la pelota desde el eje Ceballos-Xhaka, disposición que resulta fundamental para el avance hacia la delantera. En el duelo de hoy, además, la inclusión de Lacazette en el once permitió que el francés fuera un gran nexo con el frente de ataque y con su pivoteo liberaba espacios para Aubameyang y Saka, que se volcaban por los costados, así como conectaba hacia afuera con ellos. Un gran partido del ex delantero del Olympique Lyon, que volvió a mostrar su talento y lo que puede aportar al equipo.

Los Gunners crecieron con el correr de los minutos, y empezaron a tener llegadas concretas al arco rival. La primera alegría llegó a los 21 minutos: un pase preciso, bien leído, de Ceballos hacia Saka por la espalda de la defensa, lo dejó cerca del arco y el juvenil sirvió la pelota para Aubameyang, que aprovechó para poner en ventaja al local. Con ese tanto, el goleador gabonés alcanzó los 20 goles en la liga actual.

En los minutos siguientes Arsenal desplegó una gran función: volvió a aproximarse al área rival, tuvo chances para aumentar la diferencia pero se encontró con una gran tarde del firme arquero Schmeichel. Esas situaciones no convertidas mostraban el buen momento del equipo de Arteta pero que no era reflejado en el marcador, y cualquier llegada de Leicester sería un peligro. Así fue que hubo un susto a los 34′: desde la izquierda, Vardy conectó con Iheanacho que la mandó a la red, pero el alivio para el local (y frustración para los Foxes) llegó al instante cuando el gol fue invalidado por una falta previa del nigeriano sobre Kolasinac.

La parte de Schmeichel fue clave para mantener al Leicester en partido y evitar que se volviera cuesta arriba: pero también en la valla de enfrente la tarea del argentino Emiliano Martínez en Arsenal fue, una vez más, notable. El puesto quedó en sus manos desde la lesión de Bernd Leno ante Brighton, en el segundo partido del reinicio. Y en cada aparición a partir de ahí, “Dibu” mostró su capacidad en un equipo tan importante. Hoy lo volvió a hacer, con seguridad ante los intentos que iban a su arco como también estuvo preciso cuando salió a cortar peligro a medida que se aproximaban a su zona.

En la segunda parte bajó la intensidad Gunner, y Leicester creció con los cambios que dispuso Brendan Rodgers. Martínez volvió a dar presente ante cada intento, y en Arsenal se volvió a ver a un Lacazette acercándose al mediocampo, laterales que hacían un ida y vuelta y se sumaban a los extremos. David Luiz estuvo cerca de convertir el segundo: probó de tiro libre y con la técnica de hacer que la pelota pique antes de llegar al arquero, pero el danés volvió a detener el intento.

Mientras Leicester continuaba con la intención de empatar, Arsenal tampoco renunció a buscar sumar otro tanto. A los 67′ casi lo tuvo, cuando Lacazette convirtió pero por offside no fue válido.

Minutos después, a los 71′, Arteta decidió mandar al campo a los jóvenes Eddie Nketiah y Joe Willock, en lugar de Lacazette, que realizaba un gran partido, y Saka. Apenas dos minutos después, a los 73′, Nketiah cometió una insólita falta que le costó la roja y el panorama cambiaba para el Arsenal. Así, los locales cedieron más la pelota y se volcaron cerca de su propio campo, para proteger la victoria con un jugador menos que su rival.

Leicester tuvo una chance clara en una jugada que Vardy quedó frente a Martínez, lo gambeteó, pero remató de costado y la pelota pasó apenas fuera del arco. El DT del conjunto londinense sustituyó a Ceballos por Torreira para sumar un jugador de características más defensivas con el objetivo de cuidar la ventaja.

Y los Foxes inclinaron la cancha contra el rival: dominaban la pelota y tenían contra las cuerdas a los Gunners. No tardó en llegar el ansiado empate para el visitante: a los 84′, un centro raso llegó a los pies de Vardy que igualó el resultado y dejó con un sabor amargo a un equipo al que otra vez se les escaparon dos puntos importantes. El equipo de Arteta terminó sufriendo en una tarde que debió haber festejado.

En un partido en el que por momentos tuvo una buena exhibición, llegó al arco rival de manera clara y pudo estirar la ventaja, Arsenal se perdió un triunfo que parecía posible y que hubiera sido importante, ante un gran rival. Había recibido varias amenazas que detuvo Martínez, pero aún así el equipo de Londres se vio influido por la inesperada roja faltando casi veinte minutos por terminar. Esa expulsión frenó sus llegadas al arco visitante y lo ató a aferrarse al 1-0. No debe cargar todo en la espalda del novato Nketiah, sin embargo. Se equivocó en esa falta, pero por otro lado no es entendible la salida de Lacazette, sumado a que hubo otras llegadas rivales antes. Los Gunners no pudieron sostener la diferencia, y terminaron quedándose con un amargo 1-1 que cortó con su racha de victorias y puso paños fríos a su sueño por acercarse a un puesto de Champions League.

Martín O’Donnell

En una tarde repleta de emociones, Werder Bremen salvó la categoría en la promoción

Llegó el día. Todo lo que contamos el jueves pasado cuando se encontraron Werder Bremen y Heidenheim en el primer partido del repechaje a la Bundesliga 1, entre el 16º de esa división y el tercero de la Bundesliga 2, el viejo Heidenheim, todo eso que rodea a las promociones y que envolvió al fútbol argentino durante más de dos décadas, se volvió a sentir a flor de piel en el segundo partido en Alemania. El drama, la emoción, los nervios y el morbo de un posible cambio de categoría entre dos equipos. Y así se repitió, una vez más, en nuestro bendito fútbol.

De movida Werder Bremen fue a buscar el partido. Salió decidido a marcar diferencias, a llevarse la serie, ganar. Al minuto tuvo una chance cuando el sueco Augustinsson lanzó un centro desde la izquierda y la entrada de Sargent no prosperó por la intervención del arquero local, Kevin Müller. Después llegó la aperura del marcador, en el amanecer del partido. Iban 2’ de juego y el defensor local Norman Theuerkauf  quiso despejar un balón que llegaba a su área por el toque de los visitantes y no hizo más que clavarla en el ángulo superior derecho de su valla. 0-1 para Werder Bremen que hacía valer su jerarquía de equipo de primera división y el gol le daba la tranquilidad del valor de haber convertido de visitante, pues ahora, cualquier empate lo iba a favorecer por la regla de que en caso de igualdad en puntos y goles, quien haya convertido más de visita será el ganador.

El dominio se hizo más intenso a partir de allí. Heidenheim parecía atado por los nervios, por la presión y ese temor escénico que siempre nos sorprende cuando estamos por dar un paso adelante en la vida. se veían fallas técnicas incomprensibles, errores infantiles con la pelota, en el manejo y en los pases, ante el fastidio del excéntrico entrenador local Frank Schmidt. Y empezó el visitante a mostrar señales de superioridad.

A los 8′ Rashica sacó un fuerte tiro de lejos que el arquero local envió al corner de un manotazo. A los 9′, un cabezazo de muy cerca de Klaassen fue rechazdo por Müller. Wreder Bremen era más en el comienzo.

Recién a los 26′ llegó la primera aproximación del local, con un tiro cruzado de Marc Schnatterer  que pasó por adelante del arco pero nadie llegó a empujarla.

Y respondió la visita con un buen tiro del estadounidense Joshua Thomas Sargent que Müller controló muy bien.

Así se cerró el primer tiempo, con la holgura del visitante y la preocupación del local que tras haber hecho una gran campaña en la Bundesliga 2, veía que su sueño de alcanzar el primer nivel se alejaba como un barrilete.

El célebre Schmidt propuso dos cambios para el segundo tiempo. Dos delanteros para refrescar el ataque de Heidenheim, que si querías ascender debía levantar mucho el tono. Stefan Schimmer y David Otto a la cancha; afuera el volante Marc Schnatterer y el delantero Denis Thomalla. Y el local salió con todo. Schimmer sacó un tremedo tiro a los treinta segundos del complemento que Pavlenka mandó al corner; del tiro de esquina vino otra situación de peligro que capturó Schimmer otra vez y su remate se fue alto. El local tenía otra cara. se había sacado los nervios y relucía otra actitud.

A los 47′ un buen centro de Busch fue conectado de cabeza por Otto pero el balón salió pegado al palo izquierdo de Pavlenka. Era otro partido. De a poco el visitante empezó a salir otra vez. a hacer pesar una mayor jerarquía. A los 55′ Milos Veljkovic sacó un buen remate que el defensor local Busch salvó al tirarse al piso. Otra chance fue a los 57′ con el disparo del sueco Augustinsson que tapó Müller. A los 58′ Sargent hizo una gran jugada individual, con dos gambetas incluidas y su tiro final fue tapado por el arquero Müller que a esta altura ya era una de las figuras más destacadas del partido.

Luego llegaron más cambios. A los 67′ T. Mohr entró por R. Leipertz y K. Sessa por N. Dorsch en el dueño de casa; en tanto Werder Bremen dispuso las variantes de F. Bartels por Y. Osako y S. Langkamp por M. Veljkovic, lesionado en el gemelo de la pierna derecha. El partido se hizo más intenso, más luchado y con dos estilos definidos. El buen toque de la visita, el respeto por el balón, tal vez una mayor jerarquía y el espíritu de lucha del local, un Heidenheim combativo y corajudo. Así, el DT dispuso la salida del lateral Busch por un volante ofensivo como Multhapu a los 77′, en un intento por empujar más hacia el área visitante. En el Bremen, N. Fullkrug reemplazó a M. Rashica a los 79′ en una variante que a algunos sorprendió por el peso y la influencia de Rashica en el partido, pero Fullkrug entró muy bien y fue importante en la tenencia de la pelota para el equipo visitante.

Los diez minutos finales fueron una catarata de emociones. Parecía que Werder Bremen lo tenía controlado, más cuando se empezó a perder goles. Primero Klaassen con un tiro combado a los 81′; luego una llegada de Bartels. Pero el fútbol es una caja de sorpresas permanente y a los 84′ un tiro lejano de Mohr se estrelló en el travesaño y el balón le quedó a Tim Kleindienst quien se lo llevó por delante y señaló el 1 a 1. El partido estaba abierto, un gol de Heidenheim cambiaba el final y el drama y la emoción se metieron en el epílogo de la novela.

La visita optó por ordenarse atrás. Un defensor, Gross, por un delantero, Sargent, a los 87′. A aguantar y jugar de contra. Y la apuesta le salió bien porque tuvo una contra de Bartels a los 89′ que derivó en un tiro de Gros y otra brillante intervención de Müller, héroe a esta altura de la ilusión local.

Pero Bartels iba a realizar otra gran jugada individual a los 90+3′, cuando ganó un balón dividido a su marcador, se fue solo al área, esperó la salida del arquero y le sirvió el pase a Augustinsson que de zurda concretó el 1-2 que parecía sentenciar el resultado.

La explosión fue del arco visitante. Los hinchas locales, que había varios desde el comienzo del partido y con el correr de los minutos se agregaron más a la partida, sintieron el golpe. Y el dolor y la angustia. Ni siquiera fue atenuado con el dudoso penal que les dio el árbitro a los 90+7′ y la conversión de  Kleindienst para el 2 a 2 definitivo.

La tristeza los encontró caídos en el campo después de haber jugado con bravura y honor el segundo tiempo. Dejaron el alma en la cancha pero no pudieron con un Werder Bremen que fue superior, que mostró la diferencia de categoría y se abrazó a la última puerta de la salvación en una promoción llena de drama y emoción, con todo lo que esos sentimientos se juegan en cada competencia deportiva.


Hernán O’Donnell 

Nápoli encontró al final el premio que buscaba

El primer tiempo fue más el Nápoli. Tuvo un poco más eñ balón, intentó dominar el juego, llegar con precisión. Se mostró más activo. Y contó con un par de situaciones importantes, la jugada de Fabián Ruiz fue bastante importante, porque se metió por derecha, sorteó la fila de defensores y cuando lo atoró el arquero elevó su remate.

No había sido mucho más que la Roma, pero sí había dejado una mejor imagen. El trabajo habitual de Zielnski, de Insigne, de Callejón, eran sus argumentos. Un equipo que intenta tratar de llegar con fuerza al arco contrario, que tiene el espíritu de su entrenador, Gennaro Gatusso, y que busca volver a mezclarse en esa zona alta donde domina Juventus y se asoman más lejos, Lazio, Inter y Atalanta.

Roma dispuso una línea de tres en el fondo que por momentos se transformó en una zaga de cinco. Con la lesión prematura de Smalling ingresó Federico Fazio a los 29′, pero no modificó el esuqema pues el ex jugador de Sevilla se ubicó como líbero en la zaga central. Kluivert por izquierda y Dzeko por el centro eran sus cartas en ataque.

El primer tiempo resultò entretenido y esperábamos más para el complemento.

Nápoli salió a la segunda parte con decisión y enseguida generó dos tiros de esquina a su favor. Acorraló aRoma, adelantó líneas y jugó con el balón, con un movimiento de un lado a otro para buscar el espacio, el agujero, donde poder entrar a la defensa visitante.

Y llegó el pasillo cuando Mario Rui lanzó un centro desde la izquierda y Callejón entró por el medio para marcar el 1 a 0 a los 54′ de juego. Justo y merecido.

Nápoli siguió en ataque y a los 56′ Zielinski se filtró solo por le medio y su remate lo contuvo Lopez, en una jugada peligrosa para el arco de la visita.

Sin embargo, a los 59′ la Roma iba a llegar al empate, tras una maniobra larga de Henrikh Mkhitaryan quien se la llevó por izquierda, aprovechó la apertura de marcas que se llevó Dzeko, se metió en el medio y sacó un remate bárbaro a la derecha del arquero para sentenciar el 1 a 1.

Nápoli movió el banco en su primera ventana; a los 62′ D. Mertens entró por A. Milik y N. Maksimovic por K. Manolas. Pero creció Roma a partir del gol, entusiasmado y con el aporte de N. Zaniolo por J. Kluivert a partir de los 65′. Y el encuentro tomó otro vuelo, más repartido, con más llegadas y el juego más abierto. Con más espacios para explotar. Después llegó otra ventana de cambios, a los 69′: H. Lozano por J. Callejon y S. Lobotka por D. Demme en el equipo local.

Nápoli iba a contar con una posibilidad a los 74′ con un tiro de lejos de Zielinski, cruzado y cerca del palo izquierdo del arquero visitante. Eso le dio un impulso para volver a buscar, pues el gol de la Roma lo dejó aturdido por unos minutos. Pero Nápoli volvió y a los 81′ un golazo de Lorenzo Insigne con un remate combado de izquierda a derecha marcó en la red lateral del arquero López y Nápoli se adelantó 2 a 1. El “chuky” Lozano se fue por izquierda a los 83′ y sacó un remate con olor a gol, pero el arquero de Roma sacó el balón al corner.

El que quedó golpeado entonce fue el visitante. Roma lució sacudido, como resignado. Tuvo diez minutos finales perdidos, donde deambuló por el medio y tambaleó en la defensa, como si el golpe de Nápoli lo hubiera dejado groggy. Y llegó así al tiempo de prórroga. Recién en el cierre, a los 90+4′ un cabezazo de Dzeko llevó peligro, pero lo atrapó con seguridad el arquero local Meret.

Nápoli se sintió mejor con el resultado a favor, como si hubiera recobrado la autoestima. Más sólido, mejor plantado, más seguro y determinado. Finalizó el encuentro con autoridad y se llevó una victoria justa, que le permite crecer en la tabla y volver a pensar en mezclarse con lo más alto.


Hernán O’Donnell

Bottas fue amo y señor del comienzo del año de la Fórmula 1

Una largada prolija, con Bottas y una acelaración precisa y justa y un movimiento de Verstappen exacto para asegurarse el lugar ante el avance inquietante de Lando Norris. También se metió pronto el Red Bull de Alexander Albon en la discusión de adelante. Asi fue el comienzo de la temporada 2020 de la Fórmula 1 internacional en el Red Bull Ring de Austria. Un inicio que se esperaba con mucha ansiedad para los amantes de los “fierros” esa comunidad que todos los domingos amanece temprano para ver competiciones deportivas de cualquier categoría en el mundo, pero que cuando se trata de la “Máxima”, la audiencia se multiplica por millones.

La remontada de Hamilton fue la principal atracción de los primeros giros. Lo que le costaba a Norris mantenerse y de pronto, en la vuelta 11 las dificultades que aparecieron en el auto de Verstappen que lo obligaron a abandonar. Un problema en la caja de cambios y el intento en vano de encender el motor. Afuera uno de los principales protagonistas del Gran Premio.

En el giro 17 el que falló fue el Renault de Daniel Ricciardo y el australiano también se vio obligado a abandonar.

Muy pronto se ordenaron Bottas, Hamilton y Abdon en las primeras tres posiciones. Y las siguientes fueron disputadas en una dura batalla por muchas vueltas. En el giro 33 Sergio Pérez, de gran labor inicial, dio caza a Norris y lo superó en el cuarto lugar, en tanto atrás de ellos aceleraba la Ferrari de Charles Leclerc. Todos bien apretaditos. En tanto, los Mercedes se alejaban de Albon. A esa altura la diferencia era de más de 3,5 segundos. Y Hamilton sumaba un nuevo récord de vuelta para acercarse un poco más a Valteri.

Después de sacarle una gran ventaja al tercero, los Mercedes aminoraron un poco. La orden del equipo fue cuidar los autos, algunos problemas en los sensores y evitar el pianito en las curvas. De todos modos, mantuvieron la diferencia con Albon.

En la vuelta 51 abandonó Russell, quien quedaba afuera junto a Vesrtappen, Ricciardo, Stroll y Magnusen. Y el final que se avecinaba con todos los interrogantes que planteaban los cambios de neumáticos para la definición. Cuando Albon paró a cambiar gomas, Pérez aprovechó para ocupar la tercera ubicación, pero las gomas blandas y la alta velocidad de Alexander propuso una dura batalla por el tercer puesto.

El final llegó con emociones. La espectacular arremetida de Leclerc, quien pasó a Norris, y después fue por el mexicano, a quien superó en el giro 65. En tanto, cuando Albon quiso pasar a Hamilton, el inglés lo tocó y tras la revisión quedó penalizado con 5″. Eso le abría la puerta a un Leclerc que ya había llegado al tercer lugar y a la espera de poder alcanzar el segundo puesto si el tiempo le alcanzaba para superar a Lewis tras su penalización.

Para colmo, Albon se tocó con Pérez en la vuelta 70 y se quedó afuera de la carrera. Mala suerte para Alexander, quien estuvo cerca de llegar al segundo lugar y terminó afuera en la anteúltima vuelta.

Pero nada de esto preocupó a Valtteri Bottas. Entre los errores de Hamilton que le valieron una sanción, la diferencia que le sacó a sus perseguidores, la pelea que desgastó a ellos, y su sólida performance, le permitió llegar tranquilo al final y celebrar la victoria. Leclerc se apoderó del segundo lugar tras una excelente carrera, Lando Norris llegó al podio en una actuación que recordará por mucho tiempo; ambos por la sanción a Hamilton que finalizó cuarto.

Bottas fue un justo vencedor. Soportó la presión de su compañero, no tuvo fisuras y se llevó el primer Gran Premio de este atípico año de la Fórmula 1 internacional.


Hernán O’Donnell

Juventus domina la Serie “A” de Italia casi sin obstáculos

A los 2’ de juego Paulo Dybala tomó el balón en el área, se filtró entre dos rivales, enganchó hacia adentro cuando el último marcador quería cerrarle el camino y sacó un remate fuerte, seco, arriba, que puso 1-0 a la Juventus en el amanecer del partido. En ese momento ya se podía prever la diferencia de jerarquía entre uno y otro equipo. Y no es que Torino haya jugado mal, para nada. Al contrario, realizó un esfuerzo enorme y por momentos dejó una imagen de paridad en el encuentro. Pero siempre resaltaban un poco más los valores la “Juve”. Y en cuanto tuvo las oportunidades, lo hizo valer.
Por eso, desde el arranque, se hizo amo y señor del derby de Turín.

Apenas se empezaban a acomodar en el juego y la “Vecchia Signora” marcaba diferencias. En esa jugada del gol del argentino Dybala hubo una acciòn previa de Juan Cuadrado quein realizó la maniobra anterior y empezó a dejar un surco en la banda derecha. por ese sector progresó de modo permanente el local en el primer tiempo. Tuvo el dominio y el manejo de las acciones. Muy activos los internos, Bentancur y Rabiot, con la dinámica inteligente de Dybala y la peligrosidad de Cristiano Ronaldo cada vez que toma el balón, el local mostraba mejor imagen.

Después de los quince minutos iniciales, Torino empezó a empujar. Con orgullo y amor propio. Con la iniciativa de lukic, Berenguer y la movilidad en ataque de Belotti, la visita emparejó las acciones. Peleaba con amor propio el clásico. Lucía comprometido con su honor y con lo que estaba en juego.

Hasta que Cuadrado marcó a los 28’ tras la habilitación de Cristiano Ronaldo para dejar el partido 2-0. Ahí volvió a sentir el golpe, porque a su noble tarea, a su esperanza de construir de a poco un partido parejo, cada destello de jerarquía de la Juventus le derrumbaba la ilusión como a un castillo de arena en la playa.

El primer tiempo se cerró con el penal por la mano de De Ligt y la conversión a lo 45+4’ de Belotti para dejar el partido 2-1. Era un incentivo para la visita, que se había ilusionado en un tramo del primer período y cuando mejor jugaba llegó el segundo golpe; entonces, irse al descanso tras haber achicado la ventaja.

En el complemento, Torino intentò arrancar con un esquema más ofensivo. La confianza de haber achicado el marcador lo llevó a salir un poco más, y de a poco tuvo algunas situaciones. Un tanto que no fue convalidado por off side previo, muy fino, de Belotti, un remate preciso y fuerte de Verdi que tapó con eficiencia Buffón a los 53′, y la actitud de apretar, de intentar jugar en el campo del local.

Juventus iba a apelar a sus cartas en el banco para desnivelar, para volver a tomar las riendas del partido. Primero con el ingreso de Matuidí por Pjanic a los 48′. Después, a los 54′, ingresó Douglas Costa por Bernardeschi, y enseguida se transformó en una pesadilla para la defensa visitante. A los 55′ se escapó a toda velocidad por derecha y sacó un remate cruzado con pierna izquierda que se fue muy cerca del palo derecho de Sirigu.

Y a los 60′ llegó el golpe de gracia con el estupendo tiro libre de Cristiano Ronaldo que colgó en el ángulo superior derecho del arquero visitante y dejó el partido en un 3 a 1 que ya parecía irremontable.

Sarri optó por un tercer cambio en la tercera ventana: iban 79′ cuando Gonzalo Higuain reemplazó a su compatriota Paulo Dybala. Tres cambios en tres ventanas, lo dejaron sin la chance de hacer las cinco variantes permitidas. Pero al equipo le vino bien, porque aceitó su juego, los que entraron se adaptaron rápido y aceleró el control del partiod y la definición.

A los 83′ un zurdazo de Rabiot se fue muy cerca; a los 86′ llegó el cuarto gol: centro desde la izquierda de Douglas Costa que buscaba la entrada de Higuaín y el defensor Djidji que quiso despejar pero no hizo más que meter el balón en su propio arco. 4 a 1 y partido liquidado, al margen de una última llegada de Torino a los 89′ cuando el remate de Berenguer fue rechazado muy bien por Buffón.

Juventus gana, golea y se aleja. Marcha hacia un nuevo “Scudetto” casi sin obstáculos.


Hernán O’Donnell

Mercedes se impuso en la antesala del primer Gran Premio del 2020

La nueva temporada de la Fórmula 1 comenzó con el ya habitual liderazgo de la escudería alemana, que domina la categoría hace varios años. Valteri Bottas fue quien consiguió la Pole position y largará desde el primer lugar mañana en el Gran Premio de Austria. Su compañero y multicampeón (vigente defensor del trofeo) Lewis Hamilton finalizó segundo, y destacó los exitosos resultados que obtiene su escudería desde hace tiempo: “Un gran trabajo de Valteri. Este es un gran comienzo de temporada, creo que demostramos año tras año que somos el mejor equipo. Somos un grupo unido y empujamos juntos”.

Por detrás de ellos tendrán a Max Verstappen, piloto de Red Bull que se mostró confiado en que podrá pelear ante el finlandés y el británico por el primer puesto. “Tenemos neumáticos de arranque diferentes, así que será interesante”, opinó, y dejó en claro que “Intentaremos hacerlo lo más difícil posible para ellos”.

Para Ferrari, en cambio, el inicio de la actividad fue negativo: Charles Leclerc comenzará la carrera desde la posición Nº7, aunque peor fue el resultado clasificatorio de Sebastian Vettel, quien quedó eliminado en la segunda ronda y no logró avanzar para disputar un lugar en los primeros 10. El alemán, que confirmó que no seguirá en la prestigiosa escudería italiana cuando termine el año, largará desde el puesto 11º y tendrá un desafío mayor por delante para lograr un buen desempeño.

Las prácticas libres habían anticipado buenas sensaciones con respecto al equipo Racing Point, y la clasificación confirmó esas antelaciones: Lance Stroll saldrá del 9º lugar, y el mexicano Sergio “Checo” Pérez lo hará desde el 6º puesto.

También fue un buen día para McLaren, que tendrá en el cuarto lugar a Lando Norris, en el medio de los dos hombres de Red Bull, Verstappen y Alexander Albon (5º). Su otro piloto, Carlos Sainz, terminó la ronda octavo y partirá de ese lugar mañana en el Red Bull Ring, en busca de terminar la primera carrera del año con puntos en el bolsillo y encaminar un buen rendimiento en su última temporada junto al equipo británico, antes de partir a la poderosa Ferrari.

Sin embargo, Bottas dejó en claro algo importante ni bien finalizó la jornada: “Un buen resultado el de hoy, pero mañana es lo que importa”. La ventaja conseguida, no obstante, permite pensar que será difícil que se le escape la victoria a Mercedes, con una jerarquía superior a las demás escuderías, y acostumbrado a dominar los Grandes Premios de la atractiva Fórmula 1, que mañana vuelve al ruedo después de varios meses.

La parrilla de salida para el GP de Austria (mañana a las 10:10 hs.) quedó de la siguiente manera:

  1. Valteri Bottas – Mercedes
  2. Lewis Hamilton – Mercedes
  3. M. Verstappen – Red Bull
  4. L. Norris – McLaren
  5. A. Albon – Red Bull
  6. S. Pérez – Racing Point
  7. C. Leclerc
  8. C. Sainz Jr. – McLaren
  9. L. Stroll – Racing Point
  10. D. Ricciardo – Renault
  11. S. Vettel – Ferrari
  12. P. Gasly – AlphaTauri
  13. D. Kvyat – AlphaTauri
  14. E. Ocon – Renault
  15. R. Grosjean – Haas
  16. K. Magnussen – Haas
  17. G. Russell – Williams
  18. A. Giovinazzi – Alfa Romeo
  19. K. Raikkonen – Alfa Romeo
  20. N. Lafiti – Williams

Martín O’Donnell

El Aleti golea, suma y sigue en un presente distinguido

El Atlético de Madrid se encontró con un espejo. Un equipo similar, por lo menos en la intención y en la disposición en el campo de juego. Mucha intensidad, concentración y voluntad para pelear el partido propuso Mallorca desde el inicio, como lo suelen hacer los equipos que dirige Diego Pablo Simeone. El visitante fue muy dinámico en el arranque y enseguida tuvo dos llegadas al arco del “Aleti” que fueron bien conjuradas por el portero Oblak. Con Kubo volcado a la derecha para explotar su enganche de zurda, Mallorca sorprendía, en tanto el equipo madrileño sostenía su ritmo habitual y su vocación de llevarse el partido para seguir el camino ascendente en la tabla de posiciones. Tuvo una llegada a los 17′ con un remate alto de Ferreira Carrasco y otra a los 22′ con una aparición de Joao Féliz por la izquierda. Pero empezó a abrir el partido con una controversia, similar al del encuentro frente a Barcelona en la fecha anterior.

Iban 26′ cuando Moratta se iba por izquierda y el zaguero central Sedlar lo tomó por el hombro y lo derribó. Penal bien sancionado. Lo ejecutó el propio delantero, y su remate bajo y a la derecha de Manolo Reina, fue rechazado por el arquero. El VAR determinó que hubo invasión de zona y lo hizo repetir, tal como había pasado con el primer tiro de Diego Costa ante el equipo de Messi. Y esta vez Moratta asumió la responsabilidad otra vez, pero cambió el tiro. Lo hizo arriba y marcó al ángulo el 1 a 0 a los 28′ de juego.

El partido se hizo más apropiado para el local. Ajustó las clavijas de la mitad de la cancha, y entre la voluntad de Llorente, la dinámica de Ferreira Carrasco, la movilidad de Joao Féliz, se hizo dueño del encuentro.

Sobre el cierre, aumentó. Desborde de Llorente, centro pasado y Moratta marcó su segundo gol y el del equipo. 2 a 0 a los 45+4′, fin del primer tiempo y una sensación de alivio para el “Aleti”.

En el complemento, el Aleti aumentó su dominio. Fue más profundo, como si el DT les hubiera dicho que al margen de la diferencia en el marcador, el trámite había sido más estrecho. Entonces se soltó un poco más el local. Buscó ser más rápido y lastimar a una defensa que empezó a mostrar algunas grietas, en tanto el visitante quería salir a achicar el resultado.

Los cambios le agudizaron el valor al “Aleti”. Iban 54′ y Angel Correa entró por Joao Felix y Vitolo por Ferreira Carrasco. El aporte del argentino iba a ser fundamental, para tocar, buscar asociarse y asistir a sus compañeros.

A los 57′ lo tuvo Moratta en una buena llegada. Y el local cada vez iba a preocupar más…

Malorca se sostenía en la habilidad de Kubo y las trepadas de Pozo por derecha. Pero le costaba acomodarse y las variantes tampoco le daban resultado. A los 67′ un pelotazo largo de Trippier para Correa terminó con un buen remate de Angelito. El local volvía a avisar. Y a los 78′ Koke sentenció el partido, tras un envío largo del lateral Trippier, el rechazo corto de la defensa y la llegada de Koke para meter un remate de afuera del área y sellar el 3 a 0 para el Atlético de Madrid.

El final dejó dos jugadas para remarcar: a los 90+1, para el Mallorca, que finalizó con un centro de Kubo que Abdon no pudo aprovechar. Y a los 90+3′ un contragolpe de Diego Costa se fue cerca.

Ganó y goleó el Atlético de Simeone. Se encontró con un espejo, un rival duro que le propuso un esquema y un espíritu que el “Colchonero” conoce muy bien. Pero no chocó. Fue inteligente, sagaz y humilde y construyó una gran victoria que lo afirma en el tercer lugar y lo mantiene en un gran presente.


Hernán O’Donnell